Contra la soledad

Santa Cruz de Tenerife

La soledad se ha convertido en un serio problema social y, por tanto, político. Ocurre aquí y en China. La afirmación es metafórica y literal, porque cada vez son más los países que están asumiento responsabilidades sobre su gestión. Y creando Ministerios o Consejerías específicas para atender a las personas que sufren aislamiento.

Los humanos somos seres sociales, y la incomunicación nos enferma. Salvo contadas excepciones de soledades voluntarias, no hablar con nadie durante días, no tener compañía para reir, llorar o simplente hacer llevadora nuestra rutina, nos produce una profunda angustia. Les pasa sobre todo a los mayores, a los que nuestra cultura ni valore ni atiende en condiciones. Pero también, y cada vez más, a adolescentes y jóvenes confundidos con las falsas relaciones de sus redes sociales. Y adultos, hombres y mujeres, cuyas vidas, por las circunstancias que sean, encallan y no encuentran una mano amiga que les saque de su ensimismamiento.

La soledad es parte esencial del empeoramiento de la salud mental de nuestra sociedad. No es un mal individual, sino colectivo. Y por tanto debe ser atendida por lo público de forma prioritaria y con los recursos suficientes para evitar que termine por deprimir, social y económicamente, al conjunto del país.