Huesos en la cárcel
El comentario de Juan Carlos Castañeda en Hoy Por Hoy La Portada

Huesos en la cárcel: El comentario de Juan Carlos Castañeda en Hoy Por Hoy La Portada
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Santa Cruz de Tenerife
Bien sea porque forma parte del paisaje informativo cotidiano, lo cierto es el que el fenomeno migratorio en nuestra tierra le resulta irrelevante a mucha gente. Algunos pensarán "bastante tengo yo con intentar dar de comer a los míos como para preocuparme por la casuística que afecta a los que en pateras, cayucos o neumáticas arriban a nuestras costas". La normalidad con la que asistimos en condición de testigos a la llegada de migrantes procedentes de la orilla africana , solo se vé sobresaltada, y ya relativamente, cuando las noticias hablan de fallecidos y desaparecidos en el mar.
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Evidente es que por fortuna todavía queda gente que sigue siendo sensible al fenómeno descrito. Me refiero a esas personas solidarias que por propia sensibilidad y por conocimiento, deshechan los falsos y manidos argumentos de que "vienen a quitarnos nuestros puestos de trabajo, o ese otro que señala que los acogidos reciben una paga diaria". La xenofobia es un virus contagioso que se propaga con suma facilidad y que muta profundamente en la condición de argumento casi incontestable ante la demagogia de la que está impregnada.
Dicho esto, solo quería levantar la voz para maldecir a esos malechores constituidos en mafias perfectamemte organizadas, que incluso trafican con menores no acompañados, trasladándoles a la península, cobrandoles 1000 euros por cabeza, y que tambien trafican con adultos inmigarntes, que al carecer de documentación se ven obligados a comprar unos papeles fraudulentos para alcanzar el objetivo de salir de canarias, llegar a La Península, y proseguir el viaje hacia otros países deseados, si es que no se da el caso de que son objetos de explotación laboral en condiciones infrahumanas en territorio español.
Los sujetos pasivos de estas historias pagan un doble peaje: el del dinero entregado para llegar a Canarias y el también abonado a las mafias para conseguir salir de las islas con rumbo a La Península. Por eso, levanto la voz para mostrar mi alegría por las operaciones policiales que concluyen con la desarticulación de estas mafias formadas por seres inhumanos que se lucran sin miramiento alguno de las desgracias y pobrezas de los demás.
No saben bien, la alegría que me produce saber que sus huesos darán con la cárcel.




