Universidad pública versus universidad privada
LA MIRADA 29 SEPTIEMBRE
Santa Cruz de Tenerife
Hace tiempo que las universidades privadas se vienen abriendo paso frente a la oferta pública. En Canarias son ya más que los públicos: cuatro frente a dos. Y las peticiones para implantar más centros académicos privados va en aumento.
Es paradójico como, mientras los rectores de las universidades públicas claman por más financiación, crece el número de alumnos que optan por estudiar en centros carísimos. Visto así, la pregunta que lanzó al aire la rectora de la Universidad de La Laguna de si somos una sociedad demasiado pobre para preparar profesionales cualificados, talentos canarios formados en su propia tierra, adquiere un sentido distinto.
Más que arremeter contra la proliferación de competidores, cabría abrir un debate sobre el sistema de financiación de nuestras universidades; su nivel de investigación y, por tanto, de prestigio académico. Y, sobre todo, de un modelo demasiado rígido para captar más recursos propios y adaptar su oferta formativa a los tiempos futuros.
La denominada sociedad del conocimiento es una de las vías que tiene Canarias para ser más productiva y diversificar su economía. Por muy manido que suene, es una de las pocas opciones realistas que tenemos y no terminamos de explotar.