130.000 canarios llegan justos a fin de mes. Sus economías no les permiten ir más allá de los productos básicos y de mantener a sus hijos. El último dato de inflación en Canarias la sitúa en torno al 9%, una situación desmedida para unas familias que no han podido hacer más que «currar» e intentar permanecer en el caos inflacionista en el que nos movemos últimamente. La reivindicación principal de los sindicatos este 7 de octubre, Día del Trabajo Decente, es recuperar un poder adquisitivo que se va perdiendo por momentos. La tendencia al alza de los precios, una cesta de la compra que aprieta a los más vulnerables y la gasolina, hacen inviable para muchos el avanzar, el formar una familia, el mantener a la suya propia, o el seguir incluso permaneciendo en sus casas de toda la vida. Tanto UGT como Comisiones Obreras piden a la patronal, a los empresarios de CEOE y CEPYME que reconsideren esa negociación en el término de la revisión salarial. Que los convenios colectivos estén actualizados de manera que se contemple una subida de acuerdo con la coyuntura económica. De esta manera, la productividad no se vería afectada porque los trabajadores realmente tienen unas condiciones adecuadas al tiempo en el que viven. Para Inocencio González, secretario general de Comisiones Obreras en Canarias, «lleva siendo un tema urgente mucho tiempo. Pero nos movilizaremos de nuevo si es necesario. Es preciso que la patronal ceda para no perder más poder adquisitivo. Es algo que ya notamos en las familias canarias. No entendemos la actitud de unos empresarios que tuvieron un gran margen de beneficio». Algo que suscribe Manuel Navarro, secretario general de UGT Canarias. «No pueden estar escondidos en sus oficinas. Tenemos que volver a la negociación colectiva, y que sea efectiva. Con esta inflación, 130.000 canarios que cobran el SMI, 1.000 euros, no dan para más». La previsión no es nada halagüeña con esta situación paralizada en cuanto a los sueldos. «Si no potenciamos el consumo interno a través de la negociación colectiva y a través de la subida de salarios, no vamos a hacer que avance nuestra economía. Si no ceden, no podremos destacar con respecto al resto de países de la Unión Europea», sentencian los sindicatos. Esta, la del 7 de octubre, no ha sido la única movilización. Tras no escucharles en junio, han vuelto a las calles para pedir la justicia que defiende todo «currante»: vivir sin preguntarse, «¿podremos pagar todo lo que debemos?»