Sobre el día de la Fiesta Nacional
El Enfoque de Francisco Pomares
El Enfoque de Francisco Pomares Sobre el día de la Fiesta Nacional
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Santa Cruz de Tenerife
Luis Campos, portavoz parlamentario de ese partido antes llamado Nueva Canarias, ha asegurado que no se siente cómodo con los excesos que -dice- han acompañado la celebración del 12 de octubre este año. Se refiere probablemente al escozor que le provoca al hombre la presencia de la Policía volcánica canaria en el desfile del paseo del Prado, o a la iluminación con leds ‘ad hoc’ con la que se ha adornado estos días el marmoleo catafalco de Rafael O’Shanahan, sede de la Presidencia en Las Palmas, además de uno de los edificios más horripilantes del mundo. Pero lo más incomodante, sin duda, el engalanamiento de las farolas del distrito centro-Ifara chicharrero con banderolas rojigualdas celebrando el ‘Día de la Hispanidad’.
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El concejal pepero Guillermo Díaz Guerra está ya un poco mayor: uno se pregunta por qué ya puestos no puso en las banderolas más castizamente aquello de ‘Día de la raza’, porque lo de ‘Día de la Hispanidad’ dejó de existir por decreto ley en 1982, y de ahí hasta ahora. Felipe González recurrió al eclecticismo y bautizó el día como ‘Día de la Fiesta Nacional’, dejándolo asépticamente vacunado hasta ahora.
Les contaba de Luis Campos y su incómodo y aciago día, que resulta que tampoco es para tanto. Campos quiere estar en la misa del poder, y al tiempo repicar las campanas del rechazo a sus liturgias: por supuesto, don Luis ha dejado perfectamente claro que aunque no se sienta cómodo con la ostentación de los colores del nacionalismo español, sigue sintiéndose muy confortablemente instalado en el Gobierno que los exhibe, faltaría más, porque ellos –los del partido antes llamado Nueva Canarias- respetan las diferentes visiones que hay en el Gobierno, aunque en materia de colores les ponga -sobre todos los demás- el color verde.