Médicos a la fuga

Santa Cruz de Tenerife

En la formación de cada alumno de Medicina, título en mano, se calcula que el Estado invierte unos 90.000 euros por cabeza, y como señalaba el rotativo el país en su edición de ayer, en los últimos diez años se calcula que unos 18.000 médicos han abandonado España rumbo a países en los que desconocerán la temporalidad y en los que recibirán unos emolumentos muy superiores a los que percibirían en España. Esas cifras son exponentes de uno de los problemas a los que se mide a la atención primaria: la falta de facultativos, cuestión preocupante, pero que casi queda eclipsada por la cantidad de médicos que se jubilarán en los próximos años, y que se estima serán unos 80.000.

El color blanco, al igual que de la bandera de la paz, es el distintivo principal de los profesionales de nuestro sistema sanitario, pero lo que resulta evidente es que los datos apuntados sitúan a la bandera sanitaria a mitad de asta, no por señal de luto completo, pero sí por un panorama a medio plazo más que sombrío obviando las listas de espera en diversas parcelas del sistema público de salud que vulneran los derechos de una ciudadanía a la que los conceptos recogidos en la Constitución del 78 cada vez le resultan más lejanos.

Así que ya lo saben los responsables de la sanidad nacional y autonómica: a estabilizar, a estabilizar que el mundo se va a acabar, no tanto para los más jóvenes, pero sí en alto porcentaje para la población de un país y de una comunidad envejecida como la nuestra. Al paso que vamos, los facultativos serán declarados especie en peligro de extinción. Curioso país este, en el que se recupera al lince ibérico mientras perdemos médicos del territorio peninsular y también de su región ultraperiférica. Y después hay quien dice que no somos iguales los españoles continentales y los archipelágicos.