Misiles inflacionistas

Santa Cruz de Tenerife

La vida se ha puesto muy cuesta arriba y la inflación dispara sobre nuestras cabezas misiles incruentos porque, atendiendo al significado literal del calificativo, no producen derramamiento de sangre del aparato circulatorio, aunque ciertamente está acabando con la salud no solo económica, sino también mental de muchísimas personas que viven sumidas en el agobio permanente de la precariedad.

Caen los misiles inflacionistas, y lo hacen también en esta jornada en la que los partidos, según se encuentren en el gobierno o la oposición, dirán que los presupuestos de la comunidad autonómica para el próximo año son los mejores del mundo, o insuficientes como una manta con la que si te cubres los pies te queda descubierta la cabeza, o que si te cubres la cabeza te quedan descubiertos los pies.

Hoy, pues, toca taladro presupuestario, pero mientras unos y otros discuten, argumentario en mano, las excelencias o defectos de tales cuentas, las cifras de la economía real se imponen entre la gente como los clavos de la cama de un fakir que sucumbe al dolor incisivo que le atraviesa la piel.

Por esa vía, de las cifras dolorosas queda el dato apuntado de que la renta de las familias españolas cayó en el primer semestre del presente año un seis por ciento, lo que equivale a la mitad de lo perdido en la crisis entre el 2008 y 2014. Con independencia de quién tenga razón en la valoración de las cuentas autonómicas, lo que queda claro, y tal como sigue su curso la economía, no habrá escudos sociales que puedan tapar tanto. Aquí, hasta el escudo del Capitán América equivaldría al tamaño de una tapa de un refresco. Esto está negro, y más oscuro se va a poner sin pactos de rentas y sin responsabilidad de entendimiento entre las principales fuerzas políticas. Ojalá pudiéramos decir lo de allá ellos, pero el problema está en que sus manos se hallan más ocupadas en sus intereses que en parchear esta situación que, de una manera u otra, nos afecta a casi todos.