Todo para la izquierda, pero sin la izquierda

Canarias

La izquierda dio este fin de semana su pistolezo de salida a la carrera electoral. Lo hizo tanto en Canarias como en Madrid, donde Podemos llamó a la confluencia de las izquierdas, dándole al tiempo un buen palo a la izquierda que representan otros.

Tan clara está la división que Alberto Rodríguez ni se tomó la molestia de asomarse al cónclave de Tegueste, el mismo día que su ex-compañero, Pablo Iglesias, recuperaba sus viejas maneras de no dejar a títere con cabeza. Especialmete la de la líder que mayor respaldo concita más allá del PSOE.

Iglesias dijo de Yolanda Díaz que contra ella no actúan las cloacas judiciales y mediáticas, a diferencia de lo que hacen contra ellos: los progresistas puros, los que dicen verdades como puños, los que no amilanan contra los poderosos... En fin, que Podemos sale a ganar dinamitando puentes y poniéndose el sectarismo por montera.

Con este fuego amigo, al nonato proyecto político SUMAR no le hacen falta enemigos. Da igual que las encuestas apunten que Díaz es tan presidenciable como Sánchez o Feijóo para el mismo porcentaje de electores.

La izquierda con pedigrí es así, prefiere morir matando que permitir que predique otro, incluso (o sobre todo) si ese otro es una de las nuestras.