En el pecado va la penitencia
El comentario de Juan Carlos Castañeda en Hoy por Hoy La Portada
El comentario de Juan Carlos Castañeda En el pecado va la penitencia
02:28
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1669189181674/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Santa Cruz de Tenerife
No se trata de buscar indulgencia para alguien al que ya todos dan por culpable, pero a vueltas con lo sucedido con el coche oficial del Ayuntamiento de La Laguna y el concejal de marras. Me viene a la cabeza aquella sentencia nocturna escuchada tantas veces en la boca de José María García que decía que “en el pecado va la penitencia". Los hechos divulgados que constituyen una mezcla de información política y de sucesos, propician materia en la que la parte personal, supongo, debe ser un verdadero calvario apara el autor de los hechos por todos conocidos.
Más información
Se me antoja que levantar la mirada para el ya exconcejal debe ser un ejercicio de extrema dificultad. Aguantar las miradas del entorno más próximo pienso que debe resultar durísimo, y a todo eso hay que unirle la reprimenda silenciosa de quienes se sienten personalmente defraudados, y políticamente traicionados por el follón montado y sus posibles efectos electorales. En lo personal, pues, comprensión, que no indulgencia, para el protagonista de este lío de amplia repercusión mediática, pero en lo concerniente a la administración pública, reconozco mi incapacidad para digerir que alguien convierta en suyo por el uso continuado del mismo a un coche de propiedad municipal.
También de difícil digestión me resulta el dato señalado por los compañeros periodistas de que la persona en cuestión estuvo usando el vehículo de manera continuada durante un año y medio. Conclusión: quienes con él coincidieron en la llegada a algunos actos sufrían miopía extrema, o el exconcejal superaba con creces al propio mago "Judini" logrando la invisibilidad del coche a los ojos de sus acompañantes; o, tercer supuesto, en el Ayuntamiento de La Laguna se entiende como normal que los concejales conduzcan vehículos municipales.
En serio, no alcanzo a comprender que mentalidad es esa en la que los servidores públicos conducen con absoluta normalidad los vehículos municipales. Serán cosas de la nueva política. A mí esta me parece una cuestión bastante seria, aunque no les escondo que he esbozado una sonrisa ante la coincidencia en el calendario de este lío rocambolesco y la presentación en La Laguna del concurso y ruta de belenes. Pues eso, buen belén el que se ha montado.