"Si quiero comer no puedo alquilar, y si alquilo no puedo comer". Un centenar de personas protesta en Tenerife por el derecho a una vivienda digna

Santa Cruz de Tenerife

El de Yaiza es uno de los rostros de las personas sin hogar. Desde hace cuatro años duerme en una playa, "me encuentro con un muro fuerte porque yo soy canaria y no tengo padrón, me niegan el padrón... al no tener padrón me niegan las ayudas". En este momento únicamente tiene acceso a una, y como a muchas personas, no le da para acceder al mercado de la vivienda. "Yo tengo un 65% de enfermedad mental y cobro muy poquito, no me llega. Si quiero comer no puedo alquilar, y si alquilo no puedo comer".

Teresa tiene 61 años, está en lista de espera para un trasplante y tiene un hijo con discapacidad; viven bajo el yugo de una amenaza de desahucio. "Ahora mismo estoy luchando, lo único que quiero es un hogar, una vivienda social, no pido más nada". Hace un año, tras su divorcio, se enteró de que las deudas de su exmarido habían provocado el embargo de su casa. "En diciembre fue subastada, vinieron los dueños de la casa a echarme, y yo les dije que no tenía a donde ir".

Cuatro años lleva Adrián entrando y saliendo de centros para tratar adicciones; la calle, dice, lo ha llevado a ello. Sin ayuda, no hubiera podido salir de ahí. "Gracias a Cáritas, que me ha dado la oportunidad de tener una salida, porque la vivienda pública está muy mal y el alquiler está desorbitado. Gracias a Cáritas he podido salir de la calle, estoy haciendo mi vida y en estos momentos tengo proyectos de futuro".

Entre gritos de "tener un techo es un derecho" o "vivienda, vivienda, queremos respuestas", a las puertas del Instituto Canario de la Vivienda en Tenerife, Walter nos narra apenado que también él vive en la calle. "Te duele ver que protestamos ante una puerta, que hay gente dentro trabajando, y esperando a que nos vayamos para trabajar tranquilos... que nadie sale a hablar con nosotros".

Cuatro relatos breves, que muestran la lucha por tener acceso un techo, a agua caliente, una cama segura donde poder descansar o una cocina en la que calentar su comida. Úrsula Peñate es la coordinadora de acción social de Cáritas Diocesana en Tenerife; varios de sus miembros sumaron sus voces a las de Yaiza, Teresa, Adrián y Walter. La situación ha empeorado este último año, más personas se encuentran en situación de exclusión residencial. "Una situación que ha empeorado con respecto al año pasado, aumentando en casi mil personas" de un total de 3.000 en Tenerife. Desde la ONG claman por políticas públicas de vivienda, acceso real a alquileres sociales y "que esta gente tenga una oportunidad", concluye Peñate.