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"Ha pedido la eutanasia tres veces": un niño con una lesión medular necesita recursos para adaptar su vivienda

La familia de Hugo busca recursos entre todas las Administraciones porque no puede asumir el coste de la adaptación su vivienda en Santa Cruz de Tenerife. Vive en Gran Canaria, donde recibe la atención especializada

Entrevista a Jenny, madre de Hugo, lesionado medular

Las Palmas de Gran Canaria

Hugo es un niño de 16 años. Un día del mes de julio de este verano, sufrió un accidente mientras se lanzaba al mar en la localidad del Puertito de Güimar, en la isla de Tenerife. Había poca altura e impactó contra el fondo. En aquél momento, su cuello y su cabeza sufrieron un golpe que le han dejado con una lesión medular C4, una que, según los expertos, se trata de la más compleja. A partir de entonces, tiene evaluada y tasada una minusvalía del 96%. En la isla de Tenerife, se sometió a cuatro operaciones quirúrgicas, pero los especialistas le aconsejaron a él y su familia que fuera tralsadado hasta la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Insular de la isla de Gran Canaria en el mes de agosto. Es en este centro hospitalario donde se concentra el servicio especializado que en Tenerife no se dispone de él. El camino para Hugo no ha sido nada fácil y menos para él como adolescente, según reconoce su madre, Jenny. De hecho, Hugo ha solicitado que le practicaran la eutanasia.

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Es el duro relato de las consecuencias de los accidentes acuáticos. "Ya no solo la lucha es con su cuerpo" recuerda Jenny, "sino también con la mente y esa es la lucha más fuerte". Desde que fue víctima de este accidente en la localidad del sur de Tenerife, Hugo "ha pedido la eutanasia tres veces" con tan solo dieciséis años. Asegura su madre que desde el primer momento fue consciente de todo. "Nunca perdió la conciencia y se enteró de todo lo que estaba ocurriendo desde el primer momento; incluso cuando le dieron la vuelta en el mar. Lo recuerda perfectamente". Como reconoce su propio hijo, "supe lo que me estaba pasando desde el primer momento".

Dejar el trabajo por cuidar a su hijo: un sacrificio sin ayudas

Desde que Hugo sufrió el accidente, Jenny ha tenido que dedicarse exclusivamente al cuidado de su hijo. Tuvo que dejar su trabajo como peluquera y a su otro hijo en la isla de Tenerife para poder hacerse cargo de Hugo, que vive ahora en Gran Canaria en un piso compartido habilitado por la Cruz Roja. Ahora Jenny pide ayuda a todas las instituciones y, también, al ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Según ha reconocido en una entrevista en Hoy por Hoy El Drago en SER Las Palmas, necesita esa asistencia de las Administraciones para poder disponer de una vivienda adaptada en la que Hugo disfrute de los permisos que tiene los fines de semana y del material que necesita. Según los médicos, es fundamental que el joven salga del hospital para su recuperación.

"Solicito una vivienda adaptara para mi hijo. Psicológicamente a él le viene bien", subraya Jenny, quien recuerda que ahora se acerca la Navidad y, aunque le den permisos para poder unirse a su familia durante las celebración, "no voy a poder llevar a mi hijo a Tenerife porque no tengo dónde ponerlo". El coste de la adaptación del lugar de residencia habitual en la isla de Hugo es muy elevado. "Es que una silla te puede costar más de tres mil euros", lamenta su madre. "Si pido la ayuda para que me den la silla, entonces tengo que poner el resto del dinero para la cama, para un colchón especializado y tengo que poner el dinero para una grúa".

Mientras Hugo intenta recuperarse y adaptarse, su madre no ceja en el empeño de conseguir los recursos suficientes para adaptar su vivienda y colaborar. La familia ha activado una cuenta en el banco Santander a nombre de Hugo Darias donde se pueden recibir donaciones: ES3000490153472013080937.