De Nigeria a Canarias en la pala del timón de un barco: 4.000 millas náuticas y 12 días sin comida
Salvamento Marítimo ha detectado a tres personas en esta zona del barco una vez llegaron al Puerto de la Luz y de Las Palmas
Las Palmas de Gran Canaria
La embarcación de Salvamento Marítimo, Salvamar Nunki, ha rescatado durante la tarde de este lunes a tres personas que viajaron como polizones en el Alithini II, un buque mercante que se encuentra ahora mismo fondeando en el Puerto de La Luz y de Las Palmas de la isla de Gran Canaria. Según ha comunicado Salvamento Marítimo a través de su cuenta de Twitter, las tres personas viajaban de forma irregular a bordo del buque y fueron localizados en la pala del del timón buque, el elemento que permite tomar un rumbo u otro a los barcos. La embarcación se encuentra en este momento fondeado en la zona de entrediques del Puerto grancanario.
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Según han podido constatar los medios de rescate una vez localizados a las 17:59 de la tarde (hora canaria) de este lunes, los tres hombres permanecían sentados encima de este elemento del buque con síntomas de hipotermia moderada y también deshidratación después de un viaje de más de una semana. Una vez detectados, han sido trasladados hasta el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria desde donde recibieron las primeras atenciones médicas. Una vez revisado su estado de salud, fueron trasladados hasta los dos hospitales de referencia de la capital de la isla: dos de ellos al Hospital Doctor Negrín, mientras que un tercero ha sido trasladado hasta el Hospital Insular de Gran Canaria.
El mercante ha partido desde Nigeria según consta en los registros de Salvamento Marítimo, aunque según las informaciones hechas públicas por los servicios de emergencia de Canarias, la última escala de este barco se realizó en Gambia. A ese país de la costa occidental del continente africano lo separan 1658 kilómetros de distancia en línea recta hasta la isla de Gran Canaria.
Un viaje habitual y muy arriesgado
Fuentes de Salvamento Marítimo reconocen que esta manera de tratar de llegar al continente europeo es más habitual de lo que parece, aunque lamentan que muchos de ellos no terminan de conseguir su objetivo. La zona del barco en la que arriesgan su vida para llegar hasta el suelo europeo oscila entre cinco y seis metros según el peso del interior del buque.
Cuando estos no están especialmente cargados, desde Salvamento aseguran que es entonces cuando se arriegan la vida para colocarse entre este elemento y el hueco que conecta esta pieza con el barco, aunque no con su interior. "Es una locura", aseguran trabajadores de este organismo del Estado porque, a pesar de no siempre están en contacto con el agua, el mal estado del mar durante la travesía y las olas pueden sobrepasar este elemento poniendo en grave riesgo la vida de quienes se lanzan desesperadamente a viajar de esta manera.
"No será la última vez que ocurra", asegura el asesor para las migraciones del Gobierno de Canarias
La suerte de las personas que se arriesgan a traspasar la frontera de esta manera es casi nula porque no solo se enfrentan al riesgo de tener que sortear las olas y el frío, además de la escasez de alimentos y de agua, sino que también la propia legislación obliga a que los armadores den la vuelta hasta el puerto de origen si detectan la presencia de alguna persona desautorizada a viajar en la embarcación.
"Es algo más habitual de lo que parece", reconoce el asesor para las migraciones del Gobierno de Canarias, Txema Santana, quien recuerda que "la odisea de la supervivencia supera con creces la ficción". Santana advierte, además, de que "no es la primera y tampoco no va a ser la última".