Las puñaladas y sus consecuencias
La opinión de Marta Cantero
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Canarias
En la vida pública no conviene tomar decisiones desde el resentimiento que dejan las heridas. No le conviene ni al dirigente político que se ha sentido apuñalado, ni a al partido al que pertenece. Alberto Rodríguez no ha disimulado sin embargo que la que él recibió, aún le duele. Perder el acta de diputado por la estricta reacción de su socio de Gobierno, el PSOE, tras una sentencia del Tribunal Supremo no demasiado proporcional a la gravedad del delito, terminó por deteriorar las relaciones con su propio partido.
El ex dirigente morado resurge ahora de sus cenizas con un proyecto igualmente progresista, pero de obediencia canaria, que nada tiene que ver con Unidas Podemos. Las espadas están en alto: él ha decidido disputar el liderazgo a Noemí Santana y tiene, desde luego, más autoridad moral que la ex militante de Nueva Canarias. Su decisión, anunciada hoy, es una consecuencia del sentimiento de traición que aún embarga a Alberto Rodriguez y aleja aún más la posibilidad de alcanzar una confluencia de la izquierda en Canarias. Y ello incidirá, con mucha probabilidad, sobre el futuro del Pacto de las Flores.