Sobre los datos del Turismo
EL ENFOQUE 18 ENERO
Santa Cruz de Tenerife
2022 se cerró con una facturación turística mayor que la que Canarias hizo en todo 2019, antes de que el Covid hiciera su aparición: 19.000 millones de euros, más del 40 por ciento de los 43.000 millones del PIB canario. Y a eso hay que unir una recuperación del 96 por ciento de los visitantes que llegaban a las islas antes de la gran crisis, un dato solo igualado por Baleares. Para 2023, se espera superar los 20.000 millones de facturación -un segundo récord histórico consecutivo- y situar las llegadas a Canarias por encima del número global de visitantes en 2019. Solo la creciente inflación, o el temor a los efectos económicos de la guerra de Ucrania, apuntan algún nubarrón en el horizonte. Los agoreros que consideran el turismo una maldición para las islas tendrán probablemente que revisar su discurso.
Porque esta región no puede cambiar su modelo económico prescindiendo de su actividad principal, plantear eso es un auténtico disparate, una fantasía polpotiana que solo conduce a la melancolía. Pero eso no significa que el sector, a pesar de su madurez y consolidación, no adolezca de defectos importantes, como su recurrente incapacidad para formar a mano de obra local, su escaso interés por interactuar como motor de otros sectores locales, como la agricultura, y -sobre todo- la desigualdad en el reparto de riqueza que caracteriza no solo a la economía turística canaria, sino a todas las economías terciarizadas: el turismo trae importantes beneficios para las islas, pero esos beneficios se reparten muy mal, concentrándose en pocas manos, y muchas veces en empresas de capital foráneo que funcionan con mentalidad extractiva, dejando en las islas (al menos en las nuestras) solo una parte pequeña de sus beneficios.
El problema de la desigualdad en el reparto de las ganancias es el problema que deberían solucionar nuestras administraciones, demasiado pendientes de majaderías ideológicas. Y solo hay dos mecanismos para afrontar esa tarea: o con nuevos impuestos sobre la actividad; o con mejores salarios para los trabajadores del sector. Personalmente, me inclino por soluciones que hagan que la gente encuentre más incentivos a la hora de trabajar y menos a vivir de la caridad pública.