Opinión

Sobre los sueldos del Parlamento

El pleno del Parlamento de Canarias

El pleno del Parlamento de Canarias

Santa Cruz de Tenerife

El Parlamento de Canarias ha iniciado el procedimiento para reformar su reglamento interno. Es algo que suele hacerse al final de cada legislatura, para retocar y hacer más ágil el procedimiento legislativo, que es –en todos los Parlamentos del mundo- de una extraordinaria complejidad y rigidez en sus trámites. Las reformas que se aprueban se aplican a partir de la siguiente legislatura. Hasta este año. Este año, y a propuesta de Nueva Canarias, los cambios que se produzcan en el reglamento entran en vigor desde el mismo momento de su aprobación y publicación. ¿Por qué esa prisa? ¿Se trata de poder aplicar alguna importante modificación en los trámites legales? ¿Para poder acelerar la aprobación de alguna ley de urgente puesta en marcha?

Pues no: El nuevo reglamento no tendrá efecto alguno en el funcionamiento legislativo. Pero en junio próximo, no habrá discusiones sobre si deben o no aumentarse el salario los diputados. Sencillamente se aplicará el mismo criterio que a los trabajadores parlamentarios, cuya retribución decide la Mesa, que es la que administra libremente los casi 37 millones de euros que cuesta el Parlamento. Pero ese no es el único motivo para adelantar la aplicación del nuevo reglamento. La prisa está en otro lado. Resulta que –además de la subida automática de los salarios- el reglamento establece que a partir de su aprobación, los diputados seguirán cobrando sus sueldos no hasta que el Parlamento se disuelva, como ocurre ahora, sino hasta que se constituya el siguiente, con lo que cobrarán entre dos y tres meses más. El nuevo reglamento regala a los diputados que repitan una paga por un tiempo en el que no trabajan como parlamentarios. Y a los otros se les consuela con una suculenta compensación creada ad hoc.

Esta subida encubierta de los salarios de gente que cobra entre 4.000 y 6.000 euros mensuales -sin contar lo que reciben por dietas- y además dos pagas extras, es un insulto a ese 1.300.000 canarios que no llegan a fin de mes, o a los 365.000 que viven en hogares con una renta inferior a 454 euros. Si los diputados quieren subirse el sueldo, que lo defiendan con claridad y lo asuman. Frente a la trágala de colar mayores sueldos por la puerta falsa y a oscuras, que se aplique la máxima que explica mejor que cualquier reglamento lo que debe ser una cámara legislativa: luz y taquígrafos.

 
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