La sorprendente adaptación genética de las abejas en Lanzarote y Fuerteventura
"Casi no alimentamos a nuestras abejas, están buscándose literalmente la vida para adaptarse", explica el apicultor de Lanzarote Klaus Guttenberger
Lanzarote
Las lluvias y la calima en Lanzarote darán paso en pocas semanas a la explosión de vida que apicultores como Klaus Guttenberger regalan a su entorno, con cerca de 40 colmenas de abejas repartidas a lo largo de la isla, y que contribuyen a la polinización en los campos conejeros.
Recientemente, un grupo de personas se ha desplazado hasta Fuerteventura para conocer una finca de apicultura ubicada en la isla vecina, y cómo se realiza la adaptación de las abejas a las duras condiciones climáticas que soportan las islas más orientales en Canarias.
Guttenberger explica que llevan alrededor de 38 colmenas repartidas en quince ubicaciones distintas de la isla conejera, donde "en invierno se reduce mucho la actividad, la reina pone menos huevos y las colmenas se quedan un poco más pequeñas. Ahora en primavera cuando llueve y cuando sale nuestro sol empiezan a crecer las colmenas. En invierno pueden tener unas 1.500 o 2.000 abejas, y en primavera-verano, en junio, podemos hablar de 20.000 o 30.000 abejas".
Recuerda que empezaron como una empresa, pero "cuando empezó el covid hemos dejado la empresa y ahora lo estoy haciendo a título personal", y añade que aunque no suponga aún un vehículo para la creación de empleo, sí lo es como afición para muchas personas, y es que "cada vez hay más gente que se conciencia de la naturaleza y de la importancia de la polinización, y ahí las abejas juegan una parte importante".
Respecto a las condiciones que soporta la especie para desarrollarse en Lanzarote, el apicultor explica que "nosotros practicamos una apicultura extensiva, nosotros casi no alimentamos a nuestras abejas, están buscándose literalmente la vida para adaptarse a estos climas que tenemos aquí en Lanzarote, y que son muy fuertes, con mucha sequía, mucho sol, con poca lluvia, y ahí se crea una genética adaptada al entorno".
Destaca además la colaboración que surge en ambas islas entre apicultores y agricultores, y es que en el caso de Lanzarote "tenemos muchas colmenas en fincas de cultivo ecológico en Tao, Muñique, Masdache,...donde nuestras abejas contribuyen a mejorar la cosecha de los agricultores, en calidad y también en cantidad".
La vida tras el trabajo de las incansables abejas en Lanzarote