La patronal carga con el Gobierno de España ante las críticas por no aceptar la reforma de pensiones y haber rechazado la subida del Salario Mínimo como así defendían los sindicatos. El diálogo social, con estas últimas manifestaciones, se ha debilitado. Pero la patronal, los empresarios lo achacan todo a la actuación -o inacción, mejor dicho- del Estado en este sentido. «El que no hace nada por mejorar la situación es la administración, que nos sube los gastos a las empresas. Tiene un informe del AiRef encima de la mesa desde hace bastantes meses», y alude a un gasto superfluo de 60.000.000.000 de euros que se pueden eliminar y así eliminar la presión fiscal. A Pedro Alfonso, de la CEOE de Tenerife, «no le cuadra bien la fiesta, en la que se puede añadir la gran recaudación de impuestos del 2022». Reconoce que la inflación «hace daño», pero también se lo hace a las empresas, porque «nos exige permanentemente un ajusto de costes brutal» y no es buena noticia, asegura, que las familias pierdan poder adquisitivo de manera tan fuerte y rápida. Para Alfonso, la situación actual también deriva en un bucle sin final en el que las familias cada vez pueden adquirir menos productos, pierden esa capacidad adquisitiva por ejemplo a la hora de comprar, pero luego desde Europa y EEUU se propone la subida de tipos de interés. Así se reduce el consumo, sí, pero «esto lleva a subir alquileres e hipotecas». Sobre las pensiones, recuerda que el Gobierno las sube primero en un 10% y que «luego lo tenemos que pagar nosotros en costes de la Seguridad Social, lo que supone un tiro a la productividad. No tenemos un déficit público donde cargar los excesos de gastos», explica Alfonso en una entrevista a La Portada de Radio Club Tenerife. Y no niega que el aumento de salarios sea una buena medida para garantizar que las familias sigan adelante, pero vuelve a orientar la imposibilidad de establecer la medida a las decisiones de una administración pública que «carga todo en las empresas». «Queremos subir los salarios, pero que se haga de forma productiva, y no con cargo a la inflación, algo que no tiene que ver con los procesos empresariales». Utiliza Alfonso, en clave de sátira, que «no hay café para todos», porque recrimina que no se valore que haya empresas que no puedan asumir todos los gastos que piden desde lo público. Con respecto a la situación económica actual, admite que podría haber un período de contracción fuerte, como ocurrió en 2007 o en 2020, situaciones que no son fáciles de corregir. Pide, por tanto, que no solo se solicite a las entidades bajar los precios, porque no solo se trata de lo que cueste el empleado y el producto, sino las cargas regulatorias que obliga el Estado a pagar. Si todo esto «adelgazada», dice Alfonso que sería factible bajar los precios. Tras la caída del banco de Silicon Valley, coincide con José Carlos Díez, economista, que ha hablado en SER Las Palmas, en que la economía actual se sitúa en mejores condiciones que en la anterior crisis económica, y que los bancos todavía podrían permitirse dar crédito a las familias o las empresas para continuar haciendo frente a la coyuntura. Aunque advierten de que los inversores tendrán menos estímulos y esto podría notarse finalmente en la economía agravando la crisis. Todo es «cuestión de vigilar», aseguran. Las ayudas a Canarias son importantes para «compensar el déficit que tenemos», no son «a fondo perdido». Alfonso recuerda que el recortar en cantidades, como en el informe de la AiREF que propone eliminar el descuento del 75% y poner una cantidad fija para los residentes en esa subvención, lo que consigues es cercenar libertades en el mercado. «Lo que no vas a hacer es poner una cantidad fija para compensar menos». Por último, otra de las más que razonables causas del desarrollo económico estancado es la burocracia de la administración. Su simplificación en la gestión debe ser un compromiso del Gobierno... «con tanta administración solapada, lo que conseguimos es que la gente invierta en otros lados».