Enric Gallego evita la derrota en el 93

Santa Cruz de Tenerife

Era un partido para volver a reconquistar la ilusión de la parroquia blanquiazul tras la derrota en Vitoria y con mínimas opciones de pelear por objetivos. Además, con las novedades en el plano institucional, con el acuerdo para la incorporación de Mauro Pérez a la dirección deportiva ratificado por el consejo de administración minutos antes del inicio del partido, pero que no debía tener reflejo en el desarrollo inmediato del juego en una tarde muy calurosa en el Heliodoro Rodríguez López. El Tenerife salió con la presencia de Mellot como lateral izquierdo y Buñuel por el lado opuesto, y lo esperado en el resto de la alineación, con Teto, Waldo Rubio, Borja Garcés y Gallego como estiletes ofensivos. El partido tuvo un ritmo lento, cansino y sin sobresaltos hasta el minuto 19, cuando el colegiado determinó como cartulina roja una entrada de Diego Collado a Mellot, con lo que el Villarreal B se quedó con un jugador menos con más de 70 minutos de partido por disputar. Salvo un par de tiros sin incidencia de Waldo Rubio, el CD Tenerife apenas tuvo llegadas a la meta castellonense, y sin embargo, con uno menos, el Villarreal B tuvo algo más de presencia arriba y en el minuto 40 Soriano tuvo que intervenir para desviar un disparo de Millán que tenía veneno. Una primera parte para olvidar que, entre el sofoco y el pobre fútbol visto, fue de lo peor visto esta temporada en el Rodríguez López.

Pero peor fue el inicio del segundo acto con el gol visitante en el minuto 52, en un despiste colectivo de la zaga blanquiazul que le dejó pasillo despejado para que Tasande fusilara a Soriano y adelantara al mini submarino ante la incredulidad de la grada, que veía como la tarde se le empezaba a torcer a su equipo. Tuvo Mellot en el 61 la ocasión para empatar pero su trallazo se fue al larguero, y la entrada de Iván Romero pareció darle otro aire al equipo de Ramis, que buscaba el empate aunque los de Miguel Álvarez tampoco rehusaban a lanzarse a por un segundo gol. Fue a falta de 18 minutos cuando Luis Miguel Ramis le dio aire a la medular con el cambio de José Ángel Jurado por Aitor Sanz. Pasaba el tiempo y el CD Tenerife no daba signos de poder empatar el partido, ante un Villarreal B muy bien estructurado y con un posicionamiento táctico perfecto. Ya a la desesperada, el entrenador tinerfeñista metió a David Rodríguez y Cacho en los minutos finales en su intento de agitar el choque y conquistar al menos un punto. Los amarillos se quedaron con nueve jugadores en el minuto 90 y en el 93 Enric Gallego se aprovechó de un error del meta Iker Álvarez para empatar un partido que parecía perdido. 1-1, 42 puntos y salida a Lugo el próximo viernes para intentar dar otro paso hacia un final de temporada más tranquilo.