La UD Las Palmas y su afición reciben un golpe bajo del Villarreal B (1-1)
Buenas primera parte de los grancanarios que se pusieron por delante con un gol de Sandro Ramírez. En la segunda parte los jugadores de García Pimienta entraron en descomposición y los cambios no ayudaron a la mejora del equipo
Las Palmas de Gran Canaria
El Villarreal B dejó en penumbras el Estadio de Gran Canaria. La UD Las Palmas lo tenía todo a su favor, un liderato en juego, una hinchada entregada y una primera parte con la imagen de un equipo renacido. Pero no puedo ser. Nadie entiende la desconexión de los amarillos en la segunda parte. Inexplicable.
Pimienta dio el mando a Kirian en el centro del campo. Viera al límite de sus fuerzas, fue titular y Pejiño volvía a apropiarse de la banda derecha. Con treinta mil almas en las gradas del Estadio de Gran Canaria, no cabía otra opción: el balón iba a estar cosido a las botas de los futbolistas de la UD Las Palmas, desde que el cronómetro empezara a funcionar.
Sin embargo, en los primeros minutos los grancanarios se mostraron nerviosos, sin gobernar el partido. Le costaba encontrar los espacios, hasta que en el minuto ocho, Pejiño dio el primer aviso estrellando un balón en la escuadra del Villareal. Fue el de Barbate, el que cinco minutos mas tardes volvía a hacer sonar la carpintería del portero Iker Álvarez con otro tiro al palo.
Avisos tan peligrosos sirvieron de indicadores para el primer gol de la UD. Fue en un balón capturado por Sandro Ramírez dentro del área que terminó definiendo por donde se cuelgan los murciélagos. (0-1).
Los insulares dominaban de punta a punta. Los jugadores de Miguel Álvarez solo tenían el recurso del contragolpe. Precisamente de esta manera, Leal provoco el primer susto de muerte en el Gran Canaria con un remate al palo del lateral tras un remate de cabeza. El dominio de los amarillos no se traducía en nuevas ocasiones de gol. Algo se activó en el conjunto filial después de aquella acción, porque Tasende tuvo un mano a con Valles, que afortunadamente quedó desactivada ante la buena ubicación del arquero de Las Palmas.
En la segunda parte se intercambiaron los registros. El Viillarareal se hizo dueña del balón y la UD buscaba los espacios a la contra. Pimienta hizo los primeros cambios y dio entrada a Fabio y a Marc Cardona. El partido seguía fluyendo, pero seguíamos en el mismo rio, con un equipo el de Castellón buscando el empate y las Palmas con pocos recursos ofensivos. Tuvo que ser en el minuto setenta cuando Marc Cardona asistió a Marvin que disparó sobre la marcha pero fuera de la portería. La hinchada sabía que el momento era trascendente. El Gran Canaria abrigaba a los suyos. Pero los méritos los cosechaba el conjunto visitante, y en el minuto 79 en una acción a balón parado Mbeke conseguía el empate a uno. La UD se dedicó a juagar solo con el corazón, sin el menor atisbo de cerebro en sus acciones. No hubo tiempo para más, ni una ocasión reseñable de gol. Fue la noche de la decepción, pero la moneda sigue en el aire. Quedan dos curvas: Cartagena y Alavés. Las Palmas y su afición requieren de un salto de fe.
Las Palmas: Valles, Álvaro Lemos, Alex Suárez, Coco, Sergi Cardona, Kirian (Andone, 85), Loiodice, Moleiro (Oscar Clemente, 68), Pejiño (Marvin Park, 68), Jonathan Viera (Fabio, 58) y Sandro Ramírez (Marc Cardona, 58)
Villarreal B: Iker Álvarez, Leal, Mbacke, Dela, Tasende, Carlo Adriano, Del Moral, Correira (Pacheco, 83), Ontiveros (Romero, 83), Fer Niño (Fores, 67) y Millán