Sobre las negociaciones del nuevo pacto
Santa Cruz de Tenerife
En Canarias se aprieta el acelerador de un pacto global entre nacionalistas y PP. Se trata en realidad de la única opción sólida más allá de algunas bufonadas de menor recorrido, como ese gobierno en minoría que dicen que contempla Torres. Especular sobre gobernar en minoría cuando existe una opción que suma ya la mayoría, es una perfecta humorada. Con 35 votos –a los que quizá acaben por añadirse los tres de Curbelo para garantizar esa estabilidad de la que le gusta tanto presumir al líder gomero- el gobierno en minoría de Torres sólo puede ser fruto de que el hombre aún no ha asimilado lo que ha ocurrido. Quizá sufre una gigantesca resaca… electoral.
En fin, que mientras Torres amaga con lo imposible, Coalición y PP cierran posiciones en un acuerdo que se basa en dos premisas: la primera es la de ir a gobiernos de mayorías entre ambos partidos en todas los ayuntamientos y Cabildos de la región, en donde sea posible por suma matemática o en donde se pueda intentar con el concurso de otras fuerzas políticas. Coalición tendrá alcaldes gracias al voto del PP en municipios clave como Santa Cruz de Tenerife, Arona, Granadilla, Guia de Isora, Icod, Los Llanos, Mazo, Puerto del Rosario, La Oliva y quizá Teguise. El PP se hará con Güímar, San Bartolomé de Tirajana, Santa Cruz de La Palma, Garafia, Arrecife y Tuineje. También habrá acuerdos de Gobierno que permitirán a Coalición regir los Cabildos de Fuerteventura y Lanzarote, y moción de censura en el de Tenerife contra Pedro Martín, para colocar en la presidencia a Rosa Dávila.
Por supuesto, habrá problemas en algunos municipios. Con toda seguridad en Güímar, donde varios de los concejales de Coalición –no afiliados al partido- podrían intentar desobedecer la orden de apoyar a la polémica Luisi García. O en Santa Cruz de La Palma, donde Asier Antona quizá intente mantener su tradicional política de pactos con el PSOE, aunque es menos probable que esta vez se arriesgue a hacerlo.
En cuanto al Gobierno, hay más tiempo, pero también el deseo de cerrar cuanto antes: queda decidir el reparto de consejerías, y quien se quedará con qué, y si Curbelo repetirá participando en el ejecutivo o asumirá el estatus que tuvo en la legislatura del 2015 al 2019, donde cosechó la cuota gomera desde fuera. Sus votos no son hoy tan necesarios como en el pacto floral, y su participación en la tómbola de cargos podría ser menos generosa que con el PSOE.
O sea, que así están las cosas: una negociación para recolocar el mapa político de Canarias, tras la pasada por la izquierda de 2019. Y cuanto antes mejor. Habrá probablemente noticias antes de acabar esta misma semana.




