Penalti indirecto en el Salón Noble

Santa Cruz de Tenerife

El 5 de diciembre de 1982, Johan Cruyff inventó el penalti indirecto en un encuentro entre el Ajax y el Helmond Sport.

Dicen las crónicas que Cruyff situó el balón en el punto de penalti, y ante la sorpresa de los rivales, tocó el balón en corto hacia la izquierda. Por ahí apareció Olsen, que controló el balón y se lo devolvió a Cruyff para que marcara a placer. De esta manera quedaba inventado el penalti indirecto.

Algo así, pero sin tanta trascedencia para la historia hizo ayer Pedro Martín, que anunciando su dimisión como presidente del Cabildo de Tenerife, evitaba la escenificación de la moción de censura promovida por Coalición Canaria y Partido Popular y que le arrebataría en un par de semanas el sillón presidencial que ha ocupado en los últimos cuatro años.

Boquiabiertos y ojopláticos quedaron muchos de los presentes en la rueda de prensa en la que Martín compartió su intención de la moción de censura indirecta para, según él, propiciar una tránsito diligente y rápido de nacionalistas y populares al timón de la corporación insular.

Hay quienes han hablado de jugada maestra. Respetando todas las opiniones, a mí la acción de Pedro Martín merece el calificativo de innovadora y sorpresiva, y todo lo dicho de más respecto a esta moción de censura indirecta como el penalti de Cruyff está por demostrarse según el papel que jueguen los socialistas en la oposición.

Orgullosos se mostraban los compañeros de filas del presidente-dimitido, pero hoy 28 de junio, el orgullo que a nostros nos interesa el correspondiente a la conmemoración del propio al movimiento LGTBI.

Orgullo poseo porque es el movimiento arcoiris el más activo contra la reacción que gana kilómetros en el mapa de esta españa en parte necrosada y que vuela para posarse en el brazo incorrupto de santa teresa y en el manto de la virgen del pilar.

Un poder reaccionario en pie contra la diversidad, pero que abre paréntesis con la pederastia en el seno de la Iglesia.

Ahí vienen con paso marcial a plantear la batalla cultural, que no es otra que la que ellos quieren imponer: a Dios rogando y con el mazo dando.

En este país hace falta un cruyff político que lidere un movimiento renovado, limpio y que recupere la ilusión y el orgullo, nunca mejor dicho, de la convivencia pacífica y los valores democráticos... y después me caí de la cama y me desperté.

28 de junio. Buenos días, La Palma. Buenos días, Tenerife.