Inicio del curso con chapuza

Santa Cruz de Tenerife

La sensibilidad social que entra por los poros de los ingenuos que seguimos creyendo en la existencia de una sociedad mejor fundamentada en el pilar de la educación hace tiempo que exhibió una gran alegría cuando escuchó hablar de la importancia de las escuelas infantiles y de la incidencia de las mismas en la estimulación comprensora de sus inquilinos hasta los tres años de edad.

Dejando a un lado la importancia de los centros públicos que deben acoger a los niños entre cero y tres años y su condición de engranaje esencial para que los padres, y especialmente las madres, puedan mantener su protagonismo en el mercado laboral, no deja de ser una pifia monumental, que en torno a 1.200 niños y niñas vean alterada su presencia en las escuelas infantiles, bien porque se incorporarán con retraso al comienzo de curso, o porque no podrán acceder durante el periodo 23-24 a sus plazas pese a que se hayan perfectamente matriculado para iniciar su andadura formativa en este periodo de cero a tres años.

A la hora de repartirse responsabilidades y culpabilidades, socialistas, populares y nacionalistas, tiran de pronombres pronunciando el vosotros o el ustedes, pero nunca el nosotros.

Pero los mismos ingenuos que hemos creído en la importancia de la educación en la etapa de cero a tres años, tenemos claro, que el PSOE en el gobierno autonómico se comprometió a crear 1.200 plazas abriendo el consiguiente plazo de matriculación mientras la vorágine electoral paralizó la adjudicación de las obras correspondientes, y solos como amaro en la playa, se han quedado 1200 niños que se incorporarán con retraso al comienzo del curso o formarán parte de grupo de matriculados que no pisarán un aula de su escuela infantil hasta el curso 24-25.

En todo este embrollo, el actual Gobierno de Canarias afirma estar intentando buscar una solución a un desaguisado que no tiene pies, ni cabeza. Mientras que los responsables de la desastrosa omisión señalan que acabarán entre las paredes de centros infantiles de titularidad privada.

Dada la magnitud de esta metedura de pata, pese a que soy un claro defensor de los servicios públicos, pido que metan a los niños donde quieran mientras no los pongan como a Moisés en un canastilla, aquí al albur del agua salada.

¡Menuda chapuza!

Viernes, 8 de septiembre. Buenos días, La Palma. Buenos días, Tenerife.