La hora de las verdades

COMENTARIO CASTAÑEDA 12 SEPTIEMBRE
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Santa Cruz de Tenerife
La nueva crisis de los cayucos que viven nuestras islas tiene mucho del título poético de Miguel Hernández denominado El rayo que no cesa.
La casi absoluta soledad con la que Canarias se mide al incesante flujo migratorio nos sitúa en la hora de la verdad y en la hora de las verdades.
El migratorio es un asunto que va más allá del desbordamiento que sufre nuestra tierra y que también supera de largo la capacidad organizativa del operativo deseable para cumplir con las condiciones mínimamente exigibles para que no se produzca vulneración alguna de los derechos de las personas maltrechas que arriban a nuestras islas.
Sin obviar el esfuerzo económico que supone la obligada atención a los migrantes por parte de las distintas admnistraciones, Canarias por si sola es incapaz de hacer frente a esta tarea humanitaria que supera de largo los recursos de nuestra comunidad, y que de paso aviva los discursos rascistas y las posiciones reaccionarias.
Es la hora de las verdades, porque se tiene que acabar este tiempo infinito en el que la admnistración central pronuncia un sí comprometido con Canarias con la boca chica ante una situación de desbordamiento de casi toda naturaleza.
Aquí se está o no se está ante esta cuestión dolorosa en la que ya no caben medias tintas.
Esto ya no pasa por la reapertura de los centros traidicionales y acallar cobardemente las consciencias.
La dimensión del fenómeno al que se mide diariamente Canarias requiere de un compromiso global de las partes obligadas a afrontarlo.
Un compromiso que va más allá de las acciones punutales conocidas, que finalmente solo tienen la condición de parches temporales con fecha de caducidad.
Salgan a la calle y observen como una parte de estos jovénes ya comienza a ejercer la mendicidad como método de vida diario, o como los mismos revuelven en las tripas de los contenedores de basura buscando objetos que les supongan algo de valor a sus existencias.
Toda protesta que protagonice Canarias en esta materia está cargada de razón. Eso sí, abstenerse racistas de encotrar en estas líneas palancas de odio con quienes no saben ni donde están.
Martes, 12 de septiembre. Buenos días, La Palma. Buenos días, Tenerife.




