Varado en otro tiempo

Santa Cruz de Tenerife

Decir que el feminismo es una ola vale como metáfora para expresar que el movimiento se encuentra en uno de sus momentos álgidos, pero darle el sentido de moda pasajera que le ha querido dar el presidente de la Federación Tinerfeña de Fútbol es una muestra de que este hombre no entiende nada de lo que está pasando. Se ha quedado en otro tiempo, en una realidad que se está llevando la marea de la historia de una manera vertiginosa. Y si no, que se lo pregunte a su amigo Rubiales. Quizá él mismo termine arrastrado por ella en su empeño por defender lo indefendible: una pretendida neutralidad de género, con argumentos tan peregrinos como son tener mujer e hijas.

Hay cosas que no tienen marcha atrás. Entre ellas, la revolución que está suponiendo que a cientos de miles de mujeres de todo el mundo y de todos los ámbitos de la vida, privada o pública, se nos haya caído el velo de la ceguera. Y hoy veamos con una lucidez tardía, pero irreversible, la losa de machismo -macro o micro- que hemos tenido que soportar desde la tierna infancia.

Es más probable que lo que queda en evidencia cuando baje la marea del machismo es que más de uno note que el suelo que pisa ya no es tan firme como antaño.  Y puede que hasta se les quiten las ganas de aplaudirse unos a otros.