A llorarle a San Cemento
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
COMENTARIO CASTAÑEDA 11 OCTUBRE
Santa Cruz de Tenerife
Tienen su indiscutible parte de razón quienes ante la decisión de la consejería de educación de decretar la suspensión de las clases hoy miércoles y el próximo viernes argumentan que las condiciones meteorológicas eran prácticamente las mismas la semana pasada que las que se han dado en las horas de los últimos días.
Sin discutir ese porcentaje veraz de tal argumentación, tampoco es desechable interpretar que el aluvión de críticas, de las que se han hecho eco los medios de comunicación y que recogían los episodios de insoportable calor vividos en nuestras aulas y sus posibles consecuencias en la salud del alumnado, acogotaran a la Consejería de Educación y la conminaran a la adopción de una medida controvertida desde el minuto uno.
Todo es posible en Canarias, incluso la mala baba de quienes sitúan en la espalda del profesorado la responsabilidad de esta determinación por el mecho hecho de beneficiarse de un largo puente.
Este último argumento a mí me resulta insultante para los docentes. Garbanzos negros los hay por doquier, pero señalar al profesorado como responsable de una determinación que no es de su competencia demuestra una incomprensión y desprecio absoluto hacia gran parte de los docentes de esta comunidad entregados en cuerpo y alma a una labor que en muchísimos casos va más allá de la tarea de impartir conocimientos.
Cuestión aparte es el interrogante que se pregunta qué respuesta se va a dar al respecto cuando el termómetro suba a estos a los niveles actuales y el escobillón africano que empuja la calima también se emplee con la intensidad de las últimas fechas.
Este sí es un interrogante interesante de futuro, pero por encima del mismo se impone el que se interesa y reprocha por saber y conocer por qué hasta el momento actual no se había hecho nada para prevenir la salud de nuestro alumnado a sabiendas de que el cambio climático galopa de informa incesante.
Como casi siempre, llegamos tarde a todo. Y ahora procede acometer deprisa y corriendo y con las limitaciones económicas actuales unas actuaciones que se debieron adoptar hace ya algún tiempo.
Aulas con mejor ventilación, zonas de sombra en los colegios, y plantación de arboleado, no en el momento de excursión, sino en el ámbito de nuestros centros docentes.
Ahora toca llorarle a San Cemento, patrón parcial de estos sofocos y calores.
11 de octubre. Buenos días, La Palma. Buenos días, Tenerife.




