"Sientes que te mueres": la vida después del cáncer de mama contada por Laura Morant, la voz de muchas mujeres
Laura Morant cuenta en su blog cómo es la vida con cáncer de mama. Durante dos años acudió a atención primaria con síntomas y nadie detectó el cáncer. Cuando lo diagnosticaron, el tumor alcanzaba siete centímetros y se había convertido en metástasis
"Sientes que te mueres": la vida después del cáncer de mama contada por Laura Morant, la voz de muchas mujeres
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Gran Canaria
Laura Morant acudió al centro de salud durante dos años por síntomas que no sabía identificar. Cada vez que acudía a la consulta se encontraba con un médico distinto al que tenía que contarle la historia desde el principio. "Me salían unos puntitos rosados en el cuerpo, después un virus en los ojos, más tarde una bronquitis que no se iba y finalmente ataques febriles una vez al mes", explica Laura. Así estuvo dos años sin que nadie detectara lo que estaba pasando. Durante ese tiempo, su cáncer avanzó hasta convertirse en metástasis. Gracias a un tratamiento durísimo de un año y otro de recuperación, ha conseguido superar la metástasis.
Un día Laura notó que tenía un bulto muy grande en el pecho y acudió de nuevo a su médico de cabecera. "Me mandó antidepresivos porque decía que tenía trastorno ansioso depresivo y me derivó al ginecólogo", rememora. Esto ocurrió a la salida de la pandemia, con un cuello de botella tremendo en los hospitales que estaban abriendo sus puertas de nuevo. El ginecólogo ordenó una mamografía que nunca llegó. "Llamé a una amiga que trabaja en el hospital para pedirle ayuda y gracias a eso descubrieron lo que estaba pasando", explica Morant.
Cáncer de mama y metástasis: las consecuencias de la espera
"Cuando llegué al hospital me tocaron, sin mamografía, y llegaron a la conclusión de que había que darse prisa. En un mes me hicieron todas las pruebas, entré en quirófano y me quitaron el pecho. Tenía metástasis y siete centímetros de bulto", recuerda Laura Morant. Tras dos años de un tratamiento durísimo de quimioterapia y radioterapia, Laura se ha convertido en una enferma crónica de cáncer y en una cronista de la vida a través de su blog, Cuenta Matilde. Durante diez años tendrá que tomar un tratamiento de quimio preventivo para evitar que la enfermedad se reproduzca de nuevo.
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El año pasado se diagnosticaron en Canarias 4.902 casos de cáncer de mama. Laura tenía cáncer y no lo sabía. Estuvo dos años yendo a urgencias y a Atención Primaria sin que nadie se diera cuenta. Durante ese tiempo, su cáncer avanzó hasta convertirse en metástasis. "Si en atención primaria me hubieran hecho una prueba para detectar el cáncer en vez de hacerme tantas pruebas de enfermedades de transmisión sexual, quizá no habría tenido metástasis", lamenta. Según los últimos datos hechos públicos por Sanidad, el Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria es el que tiene las demoras más largas en pruebas diagnósticas.
136 días para una mamografía, la lista de espera en Canarias
Para un TAC en este hospital hay que esperar de media 218 días, más de siete meses. Se tardan 136 días en ser llamado para una mamografía (casi cinco meses), una ecografía (158 días), una resonancia magnética (203 días), casi todo pruebas fundamentales para la detección del cáncer. Sin embargo, no todas requieren la misma urgencia porque los tiempos los marca la enfermedad y cada caso es diferente. Laura perdió dos años preciosos en los que el cáncer ganó terreno y hoy tiene una metástasis controlada.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la tasa de incidencia de cáncer de mama en 2023 ha sido de 35.000 nuevos casos que suelen aparecer entre los 35 a los 80 años, aunque la franja de los 45 a los 65 años es la de mayor incidencia. De ellos, 6000 son metastásicos y entre mujeres en edad de 35 a los 54 años. El el caso de Canarias, el año pasado se diagnosticaron casi 5.000 casos de cáncer de mama. Una de cada ocho mujeres padecen o van a padecer cáncer de mama y el abordaje de la prevención es el más adecuado para reducir la incidencia.
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El infierno del tratamiento y el abandono cuando todo termina
Aunque Laura Morant es muy crítica con el sistema sanitario y tiene sobrados motivos para ello, se deshace en halagos cuando habla de los excelentes profesionales del servicio de oncología del Hospital Insular de Gran Canaria y también del Hospital Doctor Negrín donde recibió el tratamiento. "Después del proceso oncológico a la mujer se le abandona emocional y físicamente", explica Laura Morant, que paga de su bolsillo parte de la medicación, el psicólogo, el psiquiatra y el fisioterapeuta que necesita para rehabilitar su salud.
"Caí en una profunda depresión, dejé de tener dopamina y serotonina, no tenía capacidad para expresarme con claridad. Perdí mi trabajo, lo dejé porque no podía con él. Gasto muchísimo dinero en cosas para el cáncer, para vivir mejor", explica Laura, que además, denuncia los prejuicios y estereotipos a los que tienen que hacer frente las mujeres antes y después de la enfermedad. "Cambia el estado anímico y tus relaciones emocionales, sentimentales y sexuales. Soy mujer, soy femenina, soy sexual y soy sensual y me gustaría seguir siéndolo", explica Morant.
La reconstrucción física y la amenaza del futuro
Al igual que muchísimas mujeres, Laura convive con un pecho amputado cuya prótesis su cuerpo rechazó y con otro que es una amenaza real de reproducción del cáncer para ella, por eso considera que viviría mejor sin el pecho que le queda, para evitar que su cáncer se reproduzca de nuevo. "El Servicio Canario de Salud está esperando a que vuelva a tener cáncer, en lugar de prevenirlo", lamenta. "Mi prótesis estalló. No me fui a urgencias porque estuve dos años yendo a urgencias y me encontré con médicos llenos de prejuicios que me trataron despóticamente", explica.
"Lo peor ha sido sentir la crueldad de esa gente que me ha demostrado que consideran que su vida vale más que la mía. No igual, sino más. De aquella que me decía lo que podía o no podía decir en mi situación. De aquella que decidió que sus sentimientos me los tenía que largar porque importaban más que mi salud. De aquella que me daba consejos y sermones sin yo pedírselos. De aquellos que llaman y llaman y llaman, pero nunca están", cuenta Laura Morant en su blog el día que lloró por primera vez. "Son crueles, soberbios, egoístas y no merecen formar parte de mi vida", concluye.
Javi Rodríguez
(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...