"Es muy doloroso": el juzgado que trata a niños víctimas de violencia con peluches, amor y empatía

No todos los niños que han atravesado abusos sexuales y calamidades están preparados para contar lo que han sufrido. Algunos ni siquiera saben que han sido víctimas de un delito gravísimo. Por eso el Juzgado de violencia contra la infancia y la adolescencia del partido judicial de Las Palmas de Gran Canaria no parece un juzgado. Su método es pionero en todo el país y los pequeños no tienen la sensación de que están en un juzgado. La policía les recibe vestidos de paisano y no pasan ni siquiera un control de seguridad, evitando que atraviesen por una nueva situación traumática. El método aplicado allí comprende una atención integral para que los niños y niñas que han sufrido abusos y violencia se sientan en un entorno amable. Si van al hospital, el Juzgado ya está allí a través de la médico forense, la policía o la Guardia Civil que hacen una única entrevista. En otros juzgados se obliga al pequeño a realizar una entrevista distinta ante cada uno de los profesionales, provocando que la víctima reviva los horrores hasta en tres y cuatro ocasiones distintas. Esa entrevista se graba en un vídeo de máxima calidad, registrando cada gesto. Además, en este Juzgado el concepto de espera no existe. La Policía Local recibe al niño o niña y no pasa procesos de identificación. Posteriormente, la víctima accede a un entorno amigable que está diseñado científicamente por arquitectos y psicopedagogos que se ha dado en llamar «arquitectura de la víctima». Los pequeños son incluso monitorizados a través de una pulsera que mide sus pulsaciones para determinar su nivel de ansiedad en todo momento. Al llegar, se les entrega un peluche: Togi, la mascota del Juzgado. Además, reciben una bolsita nevera, una libreta, unos colores, unos llaveros y una pelota. El interrogatorio se produce en una sala de exploración donde hay césped, libros, juegos y sobre todo: libertad de movimiento. Según los datos oficiales del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, las diligencias por presuntos delitos contra la libertad sexual sobre menores crecieron un 95% en el partido judicial de Las Palmas de Gran Canaria. El Juzgado de Violencia contra la Infancia registró un incremento de casos del 66,3%. De recibir 365 denuncias en su primer año de existencia, pasó a 607 en el segundo. La experiencia piloto de Las Palmas de Gran Canaria sirve para evitar que los niños y niñas sean víctimas por segunda vez. El magistrado titular de este juzgado está convencido de que el aumento alarmante de las diligencias contra la libertad sexual de los menores no es un aumento real de los casos, sino un crecimiento de la vigilancia y por tanto de las denuncias. «Estamos atacando en la cifra oculta, no podemos afirmar que se haya producido incremento de hechos delictivos, hay un notable incremento de denuncias recibidas desde centros educativos y sanitarios. Se acabó el mirar hacia otro lado», afirma el magistrado. Existen estructuras de poder en la sociedad que ejercen violencia sobre los niños y las niñas. «Donde hay una estructura de poder constituida como tal, la infancia y la adolescencia es la víctima vulnerable», explica Martín en referencia al ámbito deportivo o religioso. El magistrado considera que en este tipo de estructuras hay una jerarquización que impide la denuncia y tiende a la ocultación. «Esto impide que ni quienes son testigos, ni quienes han sido víctimas, lo revelen, especialmente en el ámbito deportivo, educativo y religioso», explica Martín. El magistrado explica que existe una tensión entre los protocolos de acoso escolar y la norma. «Tenemos un intenso conflicto entre la norma y el protocolo. La norma establece el deber de comunicar los casos de acoso escolar a la policía o al juzgado, pero frente a esto nos encontramos con unos protocolos que tratan de encerrar esos hechos dentro del ámbito educativo omitiendo la denuncia», explica el magistrado. El Juez Tomas Martín ha elegido estar en este juzgado, pero no como un destino, sino como un camino. En 2021, tras la aprobación de la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la violencia, fue el primero en dar el paso en todo el país para crear el primer Juzgado especializado de toda España y sus resultados son extraordinarios. «La pobreza la percibimos cada día en muchísimos asuntos. Es una cuestión que llega a ser dolorosa porque enfriamos cifras que llegan a ser tremendas», afirma el magistrado sobre las últimas cifras de pobreza. «Son nuestros vecinos, son los compañeros de clase de nuestros hijos. En Canarias hay niños que están estudiando secundaria con una libreta y un lápiz y nos los encontramos a diario», lamenta Martín. En opinión del magistrado, pensar que los niños están en riesgo de convertirse en depredadores sexuales al estar expuestos a la pornografía infantil es un error. «¿Qué hace un menor de quince años con un móvil y contacto a redes sociales sin control parental?», se pregunta el magistrado. «Es un nido de captación», añade. Martín insiste en la necesidad de control parental. «Pensamos que basta con vigilar el Instagram, pero desconocemos que la mayoría de las redes de captación no tienen nada que ver con Instagram, ahí está Clubhouse, Tinder, todas estas redes sociales que son muchísimo más privadas y más difíciles de detectar», explica Tomás Martín. El magistrado afirma con rotundidad que Canarias está a la cabeza de todo el país en el abordaje de la violencia contra la infancia y la adolescencia, sobre todo gracias al Instituto de Medicina Legal. «Hemos detectado que muchas muestras se obtenían mal, se conservaban mal. En muchas ocasiones ha sido eso lo que ha provocado la pérdida de una muestra que en ocasiones pudo ser relevante e incluso definitiva», concluye.

"Es muy doloroso": el juzgado que trata a niños víctimas de violencia con peluches, amor y empatía

En Canarias está el único juzgado de España especializado en violencia infantil. Sus métodos son tan extraordinarios que ni siquiera parece un juzgado. Por allí pasan niños pobres que son el rostro más duro de las estadísticas

Javi Rodríguez

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