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"El Halloween canario": Noche de Los Finados

Finaos, rancho de ánimas y encendido de velitas; Canarias celebra, con tradición, la noche que recuerda a los difuntos

Castañas / Getty

Castañas

Santa Cruz de Tenerife

La noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, Canarias celebra la Noche de Los Finaos, o Finados, una palabra que significa "difunto" y cuyo origen está en Portugal, país que importa esta festividad y que viene a ser un ejemplo más de la multiculturalidad que se acoge en las Islas. Una tradición que, cada año, lucha por sobrevivir frente a otras costumbres celtas, popularizada en Estados Unidos por los irlandeses en la segunda mitad del siglo XIX y que comenzó a celebrarse en 1921, como es Halloween.

Durante el día de hoy y mañana, muchos canarios visitarán las tumbas de los familiares difuntos para enramarles o celebrarán eucaristías en su honor, pero lejos de los cementerios hay otras costumbres; comer castañas, , almendras, higos o tunos acompañadas con vino dulce, anís o ron miel. Y precisamente esta noche es de Pan de Dios. Fernando Hernández, antropólogo tinerfeño, afirma que "era una tradición que hacían los más pequeños de la casa". El trabajo era sencillo; "los niños iban tocando por las puertas y preguntando a los vecinos si habían santitos y los vecinos eran quienes les deban productos de la época como higos pasados, castañas o nueces. Cuando conseguían tener una cantidad de frutos considerable, celebraban una merendola familiar".

Una vez tenía lugar esa recolecta, los canarios se reunían para conmemorar la "Festividad de la Familia". Hernández señala que "la familia se reúne en torno a un fogón, comían y la mujer más mayor de la familia, traía a la memoria de las nuevas generaciones anécdotas e historia de vida de los fallecidos". Este acto se lleva a cabo como una especia de recordatorio para que los menores tuvieran constancia y recordaran quiénes habían sido sus antepasados.

En esa noche de culto a los muertos, coincidiendo con la proximidad al invierno y el final de las cosechas, se aprovechaba para hacer labores cotidianas de campo como era recoger y pelar castañas, desgranar el millo, partir almendras y nueces para guardarlas, y venderlas, posteriormente. Los que tenían la suerte de tener ganado, aprovechaban para hacer la matanza del cochino, salar su carne o y hacer chorizos y morcillas.

Rancho de ánimas y las coplas a fallecidos

Hasta el siglo XVII existían en toda España unas Cofradías que se dedicaban a pedir por las Ánimas y, en las Islas, existen algunos pueblos que adoptaron esta costumbre. Es el caso de Gran Canaria, concretamente los municipios de La Vega San Mateo, La Aldea de San Nicolás, Ingenio, Valsequillo y Teror, aunque apenas se ha logrado mantener en Valsequillo, Teror y La Aldea de San Nicolás.

Los ranchos de ánimas son una pequeña parranda formada por hombres y dirigida por un "ranchero mayor" aunque, a veces, se suele dar el caso de que pase de padres a hijos porque para esta dirección es necesaria tener mucha habilidad mental además de capacidad de improvisación. En cuanto a los instrumentos que utilizan, normalmente, son guitarras, tambores (tipo militar y con una baqueta corta), un pandero con chapas por una parte y unos travesaños con cascabeles, una espada de acero o triángulos de metal. A día de hoy, hay algunos ranchos han introducido laúdes o timples.

Salían por la noche de casa en casa cantando canciones de carácter triste cuyas letras iban desde la narración de la vida de Cristo y los Santos hasta loas fúnebres. Fernández destaca que "aparte de ir cantando coplas para los difuntos, también se recaudaba dinero para sufragar los entierros de los vecinos menos pudiente poniéndonos en el contexto de cuando Canarias era una sociedad más pobre".

En Tenerife esta tradición no existe ni está tan arraigada como en la provincia occidental aunque el antropólogo pone como ejemplo una de las coplas populares que se suele cantar en parrandas improvisadas en la calle y que versa así:

Yo no voy al cementerio,

ni que me llamen las voces,

porque allí tengo los míos

y, si hablo, me conocen.

Encendido de las velitas

En la Noche de Finaos muchos canarios lloraban en silencio por las personas que se habían ido y una de las tradiciones que más recuerdan los mayores es el encendido de las velitas de Los Finaos. El antropólogo hace una apreciación porque "se encendían tantas velitas, con unas estopitas con un corcho para que flotaran en el aceite, como fallecidos hubiera en la familia". Además, señala que "la tradición marcaba que se tenía que encender con un fósforo cada velita porque se decía que la luz de cada muerto apagaba la del otro, así que se encendía un fósforo por cada fallecido".

Velas encendidas

Velas encendidas / Getty Images

Velas encendidas

Velas encendidas / Getty Images

Los municipios canarios festejan esta noche

Canarias se resiste a celebraciones extranjeras como Halloween y muchos Ayuntamientos canarios han decidido celebrar esta tradición. El municipio de Haría, en Lanzarote, llevará a cabo la escenificación teatral ‘A la luz de las velas’; en Candelaria, Tenerife, en la Plaza de Santa Ana tendrá lugar una noche ambientada por varias parrandas del municipio, más de 100 kilos de castañas, gofio, queso y vino de la tierra o en Telde, en Gran Canaria, se podrá disfrutar de un asado de castañas, representaciones teatrales y bailes por los entramados de las calles de San Gregorio con espectáculo de improvisación que traerán de la mano los reconocidos artistas Arkano, Yeray Rodríguez y Darío López.

 
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