En caída libre

El CD Tenerife ha entrado en parálisis. Sus últimos cinco partidos, que han coincido con una serie de bajas de jugadores importantes, han supuesto perder el lugar de privilegio que ocupó en la jornada diez en la cima de la clasificación. Desde aquel 6 de octubre han transcurrido 37 días y 15 puntos en disputa, cosechando únicamente 2, con sendos empates frente a Mirandés fuera y Levante en casa. En aquella jornada los blanquiazules habían ganado siete partidos de la decena jugados y marcaba territorio sobre sus rivales, aunque las distancias por entonces eran todavía exiguas en el pelotón de cabeza (4 puntos entre el primero y el octavo). Ha sido en este periodo donde los de Asier Garitano se han caído pasando al puesto ocho de la tabla y superado, salvo el Zaragoza, por todos los conjuntos que tenía por detrás. Además la serie de tres derrotas encadenadas frente a Elche, Valladolid y Villarreal B significa volver a perder tres partidos seguidos dos años más tarde.

Para hacerse una idea de cómo el Tenerife ha entrado en barrena basta con ver cómo de ser líder en la décima fecha del campeonato ha pasado a estar a 11 puntos de la cabeza en la decimoquinta. El Leganés, que a principios de octubre era tercero con 19 puntos ahora tiene 34 tras hacer pleno en estos cinco choques. El Sporting de Gijón, que sumaba 17 puntos ahora tiene 27 y aventaja en cuatro a los tinerfeños. El Eibar también ha sobrepasado al Tenerife después de conquistar ocho puntos de quince y pasar de 18 a 26, mientras que Valladolid y Levante han sumado seis y cinco puntos más en este tramo de cinco jornadas. Otro equipo que ha superado al cuadro insular es el Racing de Ferrol, pasando de 17 puntos a 24. El otro club en racha negativa es el Zaragoza, que solo ha logrado un punto más que el Tenerife en este tiempo, lo que se traduce en que tanto maños como tinerfeños están atravesando un serio bache que los ha hecho perder terreno y fiabilidad. Para el combinado de Garitano, el sábado en Amorebieta, habrá la oportunidad de volver a recuperar la sonrisa en caso de triunfo en feudo vasco.