Sobre el despilfarro
EL ENFOQUE 23 NOVIEMBRE
Santa Cruz de Tenerife
El Parlamento de Canarias rematará hoy el pleno que interrumpió el pasado martes por la muerte de Saavedra. La verdad es que no consigo entender que el Parlamento convierta el sentimiento de luto por la pérdida del primer presidente de Canarias en unas minivacaciones para Sus Señorías, con todo pagado. Me han contado que la decisión, acordada por la Mesa fue a solicitud de los diputados que querían asistir a las exequias del que fuera durante tantos años su líder. Asistir cómodamente, sería más apropiado decir, porque el pleno podría haberse acelerado –se ha hecho en otras ocasiones- y los diputados interesados haber salido ayer para Las Palmas con tiempo de despedirse de Saavedra. Ustedes dirán que por qué me pongo impertinente con este asunto: lo hago porque la interrupción del pleno nos cuesta a todos los canarios mucho dinero.
Alguien debería preguntar cuanto nos sale la broma, pero a ojo de buen cubero, sólo en pagar indemnizaciones, cada día de sesión plenaria supone alrededor de 7.000 euros. A eso habría que añadir los 4.000 euros der salario base de cualquier diputado de la cámara, más dos medias pagas en junio y diciembre, más una serie de complementos mensuales que van desde los 524 euros de un portavoz suplente a los 2.240 de la presidenta, que además cobra una indemnización –todos los días que trabaja- de 180 euros diarios por sus “responsabilidades de Gobierno y gestión permanente al frente de la Cámara”. Nos dirán que, en el presupuesto de 11.000 millones de la región se trata, sin duda, del chocolate del loro, una minucia. Pero hagamos cuentas: el presupuesto del Parlamento ha crecido desde los 27 millones de euros en 2018 –el último ejercicio con sesenta diputados- a los 38 millones y medio del ejercicio 2024. Vaya indigestión de chocolate la del loro.
Y encima tienen el descaro de cogerse todos vacaciones pagadas, para que unos pocos no madruguen por ir al entierro.