Viajar gratis, ¿un lujo o necesidad?
LA MIRADA 19 DICIEMBRE
La gratuidad de las guaguas para los usuarios habituales ha supuesto incrementos significativos en la utilización del transporte público. Es la prueba más palpable de que los incentivos funcionan en movilidad, y que corresponde a los Gobiernos arbitrar más medidas de este tipo para dar respuesta a uno de los problemas más graves de los grandes nucleos urbanos.
Y es que vivir en ciudades colapsadas, en las que trasladarnos de un punta a otra lleva horas de atascos, nos resta calidad de vida. Además de la pérdida de tiempo que conlleva, las tensiones y cansancios en la carretera repercuten en nuestra vida personal y profesional.
Ampliar los supuestos para el acceso gratis a las guaguas tiene por tanto lógica, si se quiere lograr que cada vez más ciudadanos opten por el transporte público frente al coche particular. Aumentando a un tiempo las paradas y frecuencias del servicio. Toda inversión en este sentido es poca, por la salud del planeta y por la nuestra.