Sobre la caja de Pandora
Cada vez que enfrenta una prueba para su supervivencia, Sánchez abre la caja de Pandora y nos promete que a pesar de la cacofonía de todos los males desatados y revueltos que hay en ella, aún sujeta la esperanza de un futuro mucho mejor que este loco presente. Ayer insistió místicamente en la idea de que sólo él garantiza el futuro. Pero mientras explicaba a potenciales inversores extranjeros la solidez de las instituciones españolas, su Gobierno sucumbía a las exigencias de la venganza y el cambalache: Yolanda Díaz, aún conmocionada por la derrota, dedicó sus primeras e incendiarias reflexiones sobre Podemos a romper definitivamente cualquier posibilidad de entendimiento futuro, mientras el lehendakari Urkullu exigía en Madrid el traspaso de las competencias en inmigración, tras la precipitada entrega a Junts para salvar los decretos. La expedita cesión a Cataluña, después de tres años de resistencia en la negociación de lo mismo con los vascos, provocará una escalada de exigencias. Porque el pleno de los decretos ha demostrado que éste Gobierno es capaz de ceder cualquier cosa a cambio de seguir. Y esa lección la han aprendido todos: los vascos, Esquerra, Coalición… basta esperar a que el Gobierno esté en peligro y pedir, y cualquier cosa que se reclame será dada. Es la certeza de que el Gobierno vendería a su madre por un par de días más, lo que ha abierto la caja dejando que los mil males de la política española arramblen incluso con la esperanza rezagada.
El ministro Ángel Víctor Torres no ve el problema por ningún lado: ha asegurado que la voluntad del Gobierno es avanzar durante este trimestre en la transferencia al Gobierno Vasco de las competencias de integración y acogida, “que tienen que ver con la inmigración”. Pero incluso esas competencias son intransferibles, sólo podrían ser delegadas, según dice la Constitución…
La política española es cada vez más un puro cuento, un trampantojo de mitos y mentiras en 3D. ¿Importa realmente? ¿Preocupa al Gobierno seguir desguazando el Estado, vendiéndolo pedazo a pedazo? ¿Asume alguien el daño que este mercadeo provoca?




