Visitas al Vaticano

La visita que cursa en la mañana de hoy al Vaticano la comitiva del Gobierno de Canarias encabezada por Fernando Clavijo me tiene un tanto descolocado.

Habitual es que políticos de derechas e izquierdas visiten al denominado Santo Padre. Por visitar al Sumo Pontífice, lo visitó hasta Miguel Concepción expresidente del Tenerife y el equipo blanquiazul sigue sin levantar cabeza. Hasta recuerdo a Zapatero cogiendo de la mano a un Papa anterior después de haber aprobado el matrimonio igualitario y la cara de cabreo del representante de Dios en la tierra.

Clavijo acude a Roma intentando tocar una puerta más en la que se pretende se escuchen los aldabonazos continuos que suponen las muertes incesantes de los migrantes que se embarcan en la letalidad de la denominada ruta canaria.

Desconozco qué efecto puede generar la visita del Gobierno canario al Vaticano. Trámite protocolario y religioso que sí sería un campanazo, nunca mejor dicho, si el representante de San Pedro se diera un salto por estos pagos ultraperiféricos de Dios y le hiciera ver a la cristiandad autonómica española y al resto de Europa, el rostro dramático del flujo migratorio que no cesa.

Me muestro escéptico con los resultados de este viaje a la Santa Sede, pero al tiempo deseo que se obre el milagro de la humanización de aquellos compatriotas y otros europeos que con sus actos parecen decir respecto al drama migratorio: “Con su pan se lo coman los canarios”.

Mientras quedo a la espera del color de la fumata, por mi cabeza revolotea aquella canción de Violeta Parra que se preguntaba:

“Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma. Que le están degollando y a su paloma”.

Lunes, 15 de febrero. Buenos días, La Palma. Buenos días, Tenerife.