El trabajo ya no es el centro

Jóvenes en el trabajo. / Thomas Barwick

Será porque el fútbol, y más concretamente el Tenerife, me tienen en el aire, que tras la lectura de la encuesta del instituto 40dB para El País y la Cadena SER sobre el mercado laboral español, el mismo se dibuja en mi mente como una zona espacial cargada de meteoritos que se cruzan entre sí sin rumbo ni sentido alguno. Esos pedruscos de grandes dimensiones y propietarios de grandes velocidades son tan diversos y variados, que me embarga la impresión de que los llamados a regular el espacio laboral, anda cada uno a lo suyo y enfrascados en una confrontación que no solo no parece llevar a parte alguna, sino que, además, distancia cada vez más a los que tendrían que estar dialogando en torno a una mesa sobre la que habría que depositar la numerosa suma de cuestiones a resolver casi de manera inmediata.
Cuando de origen se parte del comprobado pensamiento de los ciudadanos de que el trabajo para la sociedad actual ha dejado de ser lo más importante de la vida, y que además hace años murió la figura del trabajador cuya vida laboral se reducía a prestar sus servicios a una única empresa, estimo de cajón que hay que meterle mano ya a estas cuestiones, que además cuentan con el aderezo de la pretensión de la sociedad actual de percibir mejores salarios, de contar con jornadas más reducidas y que se aumente la conciliación de la vida laboral y familiar.
A esto súmenle el descontento existente por la precariedad laboral tan extendida, la necesidad de aumentar la productividad, y la queja permanente por una formación desacorde con las demandas de trabajadores cualificados por parte de las empresas, que del otro lado se encuentran con bandera del descontento de los trabajadores por la involuntaria parcialidad que les impide trabajar las horas que les gustaría y necesitarían hacerlo para aproximarse a una existencia digna. Quedan por sumar al espacio laboral español otros muchos meteoritos, pero la realidad apunta a un entendimiento inexistente entre gobierno, centrales sindicales y patronal. Ahí están cada uno cargando con el pedrusco que más les interesa, pero que la guerra por su cuenta que se traen pone más difícil aquello de ganarte el pan con el sudor de tu frente. Esto está cambiando a una velocidad vertiginosa y parece que no queremos aceptarlo o entenderlo.
Lunes, 22 de Enero. Buenos días La Palma. Buenos días Tenerife




