Sobre el empleo público
EL ENFOQUE 22 ENERO
En Canarias había el pasado mes de julio 151.520 empleados públicos. Según fuentes del Gobierno nacional, que ha cambiado de metodología para contarlos, 92.378 de esos empleos son regionales. Lo llamativo no es el número, aproximadamente uno por cada diez trabajadores canarios, sino el hecho de que la contratación de empleados públicos haya crecido de forma desaforada en los últimos años. Desde julio de 2018 a julio del año pasado, el número de empleos públicos en Canarias se ha multiplicado, creciendo en un 26 por ciento. Ese aumento se ha producido fundamentalmente en la etapa de Gobierno de Torres, que lo atribuyó a las necesidades provocadas por el Covid.
No parece que sea cierto: Canarias y Baleares son las dos regiones en las que más ha aumentado el personal público en esos años, y aquí ha crecido el doble que en Madrid o en Cataluña, y más del doble que en Extremadura y en Andalucía, dos de las regiones con las que compartimos records en materia de pobreza y desigualdad, y en las que también se contrató gente para atender las necesidades sanitarias y educativas surgidas con el Covid.
En Canarias ha crecido el personal por lo mismo que se ha estancado la inversión: porque es mucho más fácil contratar personal laboral que ponerlo a trabajar para gastar el dinero. Con los datos actuales, muy por debajo la productividad nacional de la media europea (no digamos la canaria), los sindicatos pelean reforzar aún más las plantillas de sanidad y educación –los dos sectores que más han crecido estos años- y negociar ya las subidas salariales de 2025, porque el plan plurianual firmado hace tres años concluye este 2024.
Y todo ese ruido impedirá probablemente preguntarnos en que mejoran los servicios que presta el sector público. En Canarias, con un trabajador más por cada cuatro que había, no parece haber mejorado nada mucho.