El Carnaval canario sabe a tortita
Son varias las recetas de este dulce típico de las carnestolendas en las Islas, aunque los más glotones lo comen durante todo el año
Canarias
Con calabaza, con anís, con pan duro, con ron, con plátano, e incluso con papa sancochada. Las tortitas de Carnaval son la receta por excelencia en las Islas en esta época de fiestas y son varias las versiones que salen de los fogones del Archipiélago. Algunos la llaman la torrija canaria. Sin embargo, son muchas las diferencias que la convierten en un dulce totalmente distinto.
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Aunque el origen del carnaval canario se remonta al siglo XV, para la aparición de la tortita debemos esperar varios siglos más hasta que, para celebrar la fiesta, los hombres se disfrazaban de mujeres, y viceversa, con ropas viejas que encontraban en casa y recorrían los pueblos con timples y bandurrias. Las mascaritas eran recibidas en las casas, en su mayoría cuevas, con estas tortitas como agradecimiento, ya que era un dulce barato y sencillo de cocinar. Pero, además, muchos adoptaron esta receta para llenar el estómago cuando terminaban una dura jornada en el campo y para celebrar encuentros vecinales o el fin de la recogida de la cosecha de las papas o las piñas de millo.
Con el paso de los años la receta original ha ido transformándose, no solo con los ingredientes sino también según la isla en la que se elabore, aunque la Historia coloca a Gran Canaria como su lugar de origen. Lo que en prácticamente coinciden todas las recetas es en finalizarla con un buen chorro de miel. Y en lo que también hay coincidencias es en cuándo es el mejor momento para disfrutarlas. Sin duda, muchos señalan que durante o después de la cabalgata estas tortitas saben a gloria.
Las entendidas, las abuelas canarias, destacan que hay una receta básica y sencilla para este rico dulce al que luego "se le puede dar el toque personal".
Receta
4 huevos
400 gr de harina
Medio litro de leche
Medio kilo de azúcar
Un vaso de agua
Ralladura de limón
Canela
Unos granos de anís machacados o matalahúva
Aceite de girasol para freír
Para su elaboración, se baten las claras a punto de nieve y se añaden las yemas. Después se incorpora el harina, el azúcar, la leche y el agua y se continúa batiendo hasta formar una pasta. Luego se le añade la ralladura de limón, el anís y un chorrito de aceite. Mientras removemos la pasta espesa, calentamos el aceite en una sartén y cuando esté bien caliente iremos echando la masa con ayuda de un cucharón y freiremos la tortita por ambos lados. Por último, y cuando estén frías, las bañaremos con un chorrito de miel.
También se puede innovar
Para los menos tradicionales, que sepan que esta receta también admite su toque con "estrella Michelín". Por ejemplo, con unas almendras garrapiñadas. Es la versión de uno de los chefs con más renombre y prestigio de las Islas. Borja Marrero, del restaurante Muxgo y el primer cocinero en conseguir una Estrella Verde Michelín para el Archipiélago, propone añadirle a ese topping de miel "unas almendras garrapiñadas con azúcar y gofio, machacadas con un mortero".