Canarias, con baja autoestima

En esta tierra asirocada ocurren cosas singulares, por llamarlas de algún modo. Así, se abren al tuntún nuevos centros museísticos sin saber que albergarán y permanecen cerrados los históricos, con obras que son un lujo. El Museo Néstor es el mejor botón de muestra.

Del conjunto patrimonial de lo que fue el Pueblo Canario, solo se ha reabierto el bodegón, es decir el negocio de restauración. Todo lo que tenía que ver con lo cultural: sus tiendas tradicionales y, sobre todo, el centro que alberga la originalísima obra del pintor del Poema del Mar, permanecerán cerrados ni se sabe cuántos años más.

Que sean los turistas, y no los propios canarios, los que tocan y tocan a su puerta reclamando su reapertura dice mucho de lo que somos: unos olvidadizos con nuestro propio legado. Si a la apatía social sumamos la desidia política, no es difícil entender que no sepamos qué somos cómo pueblo ni a dónde vamos.

El cineasta Teodoro Ríos, nacido en Canarias y criado en La Habana, ha reflexionado sobre la autoestima de los cubanos y los canarios. Altísima en el primer caso y bajísima en el segundo: si nosotros mismos no nos ponemos en valor, ¿qué podemos esperar de los de fuera?