Sobre los sobres de Koldo
En noviembre de 2020, el ministro José Luis Ábalos realizó una visita al muelle de Arguineguín, donde se hacinaban aún los emigrantes, en su calidad de responsable de Salvamento Marítimo. Pasó la noche en Gran Canaria, y al día siguiente partió a Tenerife con su séquito oficial, seis personas. Tenía previsto inspeccionar las obras de ampliación del Reina Sofía. Pero luego se hospedó hasta el domingo en el Gran Meliá Palacio de Isora, un hotel de superlujo en Guía, donde él y su tropa pasaron la noche, según explicaría más tarde el propio Ábalos, porque quería reconciliarse con su mujer.
La oposición en el Congreso, alertada por el jolgorio, presentó una batería de preguntas parlamentarias, y el Gobierno se vio obligado a contestarlas: el Ministerio gastó un total de 7.150 euros en el viaje, sin incluir lo que costara la estancia de la familia del ministro. Fue el propio Ábalos el que explicó que los gastos de traer a su familia a Canarias y hospedarla en el mejor hotel del Sur de Tenerife, salieron de su bolsillo y aseguró disponer de facturas de todo. Puede que no mintiera: puede que los gastos salieran realmente de su bolsillo, pero de ahí fueron a parar al sobre para gastos que su asesor Koldo García llevaba siempre encima. El ministro no sacó de su bolsillo ni un euro, ni falta que hizo, porque su asesor gestionó en todo momento todos los pagos. Un tipo diligente en cuestión de pagos, Koldo García.
Y en materia de cobros también. Un crack: desde julio de 2020, el Gobierno de Canarias se negaba a abonar la factura de más de dos millones de euros por las primeras FFP2 compradas que llegaron mal. Koldo aprovechó el viaje de su jefe para reunirse con el Servicio Canario de Salud. Quince días después de esa reunión, el Gobierno de Canarias aprobó pagar a la empresa de sus colegas lo que estaba bloqueado. Y en los meses siguientes hasta diez millones más. La pregunta que hay que hacerse es en qué sobre acabó por meter Koldo la comisión de esas ventas.




