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Las dunas, un hotel, una demolición

En 1989 fue demolida la estructura del que iba a ser Hotel Dunas junto a la charca de Maspalomas

Imagen aérea del Centro Helioterápico de Canarias en las dunas de Maspalomas

Imagen aérea del Centro Helioterápico de Canarias en las dunas de Maspalomas / Archivo

Imagen aérea del Centro Helioterápico de Canarias en las dunas de Maspalomas

Las Palmas de Gran Canaria

La orden de derribo del Hotel Oliva Beach en medio de las dunas de Corralejo recuerda, al menos paisajísticamente, la situación que se vivió en la década de los ochenta en el sur de Gran Canaria. fue el 5 de junio, día mundial de Medio Ambiente, cuando se voló y demolió lo que se había construido del Hotel Dunas en el espacio protegido junto a la charca de Maspalomas.

El edificio fue construido como ampliación del Centro Helioterápico de Canarias, una especie de balneario que ofertaba baños de mar, arena y sol como tratamiento para problemas respiratorios o de piel, que llegó a colarse en el No-Do de enero de 1970 de eso que se llama 'oferta complementaria' del turismo. La instalación había surgido a mitad de los años sesenta cuando empezaba a desarrollarse la zona turística de la costa de San Bartolomé de Tirajana que compartía espacio con el oasis casi virgen, el faro, la estación de seguimiento de la NASA y plantación de tomateras. De hecho en la historia de la zona, Hotel Oasis incluido, aparece como uno de sus hitos históricos no tanto una presunta escala de Colón en uno de sus viajes sino que descansaron y tomaron el sol los primeros astronautas que pisaron la Luna en su gira de agradecimientos. Amstrong se llevó de la isla un timple.

Postal del Centro Helioterápico de Canarias

Postal del Centro Helioterápico de Canarias / Archivo

Postal del Centro Helioterápico de Canarias

Postal del Centro Helioterápico de Canarias / Archivo

De Centro a hotel

El Centro inicial, que fue idea de un emprendedor italiano, solo tenía una planta de altura como se ve en las fotos promocionales convertidas en postales de una época sin retorno. Ubicado al otro lado de la charca tenía su acceso por carretera, incluyendo un aparcamiento y una carretera que cruzaba la charca y se inundaba con las mareas de septiembre. Con los años cambió de propietario y los nuevos dueños solicitaron licencia de obra para ampliar en altura sobre la misma superficie. Así se planteó un hotel de 8 plantas, como los de la otra orilla, sobre las mismas dunas. A principios de los ochenta el movimiento ecologista impulsó a los políticos a decidirse a eliminar el atentado paisajístico e iniciar el proceso para terminar volando la estructura de un hotel sin terminar.

Más de 3 millones de indemnización

Pero la historia no terminó con los escombros del edificio. Como compensación al promotor se acordó una permuta por 160 mil metros cuadrados en otro lado. De esos 150 mil los aportaba el Estado, el competente a través de la Dirección de Costas, y unos 10 mil metros los debía poner el ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. Sin embargo no hubo acuerdo de dónde estaban y si estaban disponibles esos metros cuadrados. Al final de un proceso judicial de décadas en 2018 el pleno del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana acordaba pagar la indemnización fijada por el tribunal Superior de justicia de Canarias: 3,38 millones de euros de dinero público.

 
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