Vania Oliveros: "Los abogados de oficio estamos detectando el grave aumento de mujeres migrantes que llegan y son víctimas de violencia de género en su país"

Las Palmas de Gran Canaria

Canarias acoge actualmente, a través de su red de centros específicos para mujeres y menores acompañados, a cerca de 200 mujeres migrantes que también se han adentrado en la ruta atlántica en patera o cayuco y que han llegado a las islas a la búsqueda de una nueva "oportunidad para reiniciar su vida". Desde el gobierno canario, la directora general de Migración, Elizabeth Santana señala que "este número va en aumento y los recursos son los que son", especialmente, cuando están embarazadas. "Los datos del Ministerio nos hablan que están llegando cada vez más mujeres y más mujeres embarazadas en avanzado estado de gestación y, también, con niños pequeños. Las atendemos sanitariamente y las trasladamos a unos centros adecuados. Hace unos meses se separaba a la madre del niño hasta que se hacía la comprobación del vínculo familiar, sin embargo, hoy por hoy eso no se hace y se mantienen juntos", explica Santana.

La mayoría son de origen subsahariano, con una media de edad de entre 20 y 50 años. Casi todas comparten casuística para abandonar su país de nacimiento. Son víctimas de violencia de género y huyen no sólo de la pobreza sino también de la violencia física y psicológica a la que son sometidas en su país. Vania Oliveros, abogada experta en extranjería señala que "hay que tener claro que el perfil de la mujer migrante lleva una doble victimización porque muchas de las mujeres, sobre todo las procedentes de África se ven obligadas a abandonar su país, por cuestiones de género, estamos hablando de violencia de género, niñas que pueden ser víctimas de violación genial y, después, hablamos también de casos de explotación sexual. Es muy importante que cuando llegan a nuestras cosas, tienen que tener asesoramiento jurídico porque son perfiles vulnerables y son solicitantes de protección internacional. Las abogadas y abogados de oficio estamos detectando esta circunstancia, que es muy grave".

En cuanto a las migrantes embarazadas, Oliveros explica que "venir en patera o cayuco, poniendo en riesgo su vida, embarazada es un riesgo muy alto. Existen algunos discursos, fomentados por discursos de odio que aseguran que al venir embarazadas, lo que persiguen es conseguir la nacionalidad española o la residencia y es todo lo más alejado de la realidad, porque estos niños no tienen la nacionalidad española por nacer en España. El problema es que huyen de países en donde hay conflictos como Malí o Senegal. Por lo tanto, hay muchos casos de mujeres que llegan embarazadas por ser explotadas en su país sexualmente y consiguen una luz en su vida al poder huir y conseguir protección en otros países".

Para esta abogada experta en extranjería, el periplo de estas mujeres es muy duro. Son meses hasta llegar a una costa africana y coger un cayuco, meses en los que pasan un periplo de violencia sexual, física y en algunos casos las que no pierden la vida en el camino, las que llegan a nuestro territorio, son atendidas sanitariamente y pasan a centros de acogida humanitariamente. A partir de ahí, si son perfiles vulnerables, si pueden acogerse a la protección internacional porque son solicitantes de asilo, huyen de estos países y pueden acogerse a los supuestos que recoge la Convención de Ginebra y así empezar un nuevo proyecto de vida".