Ideología patraña
Hoy se celebra el Día del Padre, y querido viejo, he estado a punto de escribirte unas líneas públicas para contarte cómo andan las cosas por aquí, pero en el último momento he declinado hacerlo para no pecar de ñoño, y para no decepcionarte con el devenir de los acontecimientos políticos, que resultan todo lo contrario a lo que en los últimos años del franquismo me enseñaste con la cara rebosante de esperanza, contándome en qué consistía la verdadera democracia y no la democracia orgánica del sanguinario cuyo recuerdo perdura en forma de monumentos en lugares públicos y placas en centros militares.
Esto no es ni por asomo lo que me dijiste: aquí el pueblo es casi lo de menos. Los ladrones en la cosa pública abundan como los ácaros y polen que vendrán mañana con el inicio de la primavera. Los poderosos siguen siendo casi los mismos de siempre y el tráfico de influencias es casi mayor que el de la TF-5 y TF-1 juntos.
La ideología se ha convertido en una patraña que unos pocos manejan desde las sedes de los partidos políticos, salvo excepciones, para su crecimiento personal y clientelismo familiar. Y lo de poner dinero de tu bolsillo, como lo hiciste en su momento, para sufragar inversiones públicas no sucede ni aunque que se jarten de vino pirriaco.
En fin, que conforme a mis habituales contradicciones no te iba a escribir, pero lo estoy haciendo, reservándome para el final lo que te resultará más duro: dada las dificultades económicas que sufre la ciudadanía, la deriva hacia las equivocaciones de siempre, ya sabes, las históricas de nuestro país, y la mamandurria desenfrenada de parte de la clase política, la extrema derecha gobierna en varias comunidades con la que era la derecha civilizada, pero que se ha tirado al monte, tanto como una izquierda que por seguir aferrada al sillón gubernamental está dejando el mapa de la España en la que viviste como totalmente irreconocible.
Ah, los padres y madres de hoy también tenemos que aguantar el palo y la vela de los más jóvenes, que nos acusan de haberles engañados porque estos tiempos les vetan la posibilidad de emanciparse o de ganar unos salarios dignos que les hurtan la posibilidad de ser padres y madres porque tener un chiquillo o una chiquilla sale más caro que la hipoteca de una villa de lujo.
En fin, perdona este calamitoso regalo del Día del Padre y que no te hable de periodismo porque la cosa está chunga, muy chunga.
PD. Conforme al humor que heredé de ti, única herencia que me dejaste, pregúntale a la paloma blanca, si ella también celebra el Día del Padre, yo para felicitar a las asociaciones de colombofilia y colombicultura.
Hasta la próxima , viejo. Salud¡
Martes 19 de marzo. Buenos días, La Palma . Buenos días, Tenerife.




