Violencia machista y esperanza
Hay veces que el sistema de protección de las mujeres funciona, y hay ocasiones en que falla y la violencia termina en tragedia. Entre los últimos ha vuelto a pasar algo grabado en la memoria colectiva de Canarias a fuego: la violencia vicaria golpeó a una madre en Almería. El agresor tenía orden de alejamiento y pulsera telemática. Y aún así un régimen de visitas que le facilitó acabar con la vida de sus hijas.
Y es que todas las edades están amenazadas por estas agresiones machistas, desde estas dos niñas de dos y cuatro años a las mujeres de 65 años. Y aquí, en prevenir que no siga aumentando el número de las que sufren violencia de género en la tercera edad, se avanza en formar a quienes pueden salvarlas. Porque la rapidez de la intervención policial es clave para ellas.
Por ello, y por encima de las cifras negativas y el impacto terrible de estos asesinatos, hay que destacar los datos y casos que invitan a la esperanza. Una esperanza que serrá aún mayor si aumenta la implicación social. Porque denunciar a los agresores no es corresponde solo a las víctimas, sino a cada uno y una de nosotros, que habitamos entre ellos.

Marta Cantero
He trabajado en diversos medios de comunicación de las Islas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife,...




