Las medidas milagrosas
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COMENTARIO CASTAÑEDA 30 ABRIL
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Hoy toca que nos coman el tarro con las tesis de que todo se trató de un paripé, es decir, una representación de La Comedia Nacional 2.0, así como que del otro lado nos lleguen contenedores cargados de comprensión y de la inevitable necesidad de que había que parar todo lo que cabe dentro de la denominada “Máquina del Fango”.
Seis días más tarde del interruptus “Perdón y Sangre” o del Pírdula de Pedro Sánchez, a mi lo que me sigue llegando es una derecha más enfurecida y una izquierda reencontrada así misma, desertora de su actitud ajada de los últimos tiempos, y a la que parece que el freno de mano usado desde La Moncloa le ha servido para retomar un "no pasarán”, que se me antoja con clara fecha de caducidad.
Discrepo de la teoría de que el país ha estado parado cinco días consecutivos porque la maquinaria administrativa no se detiene. No se detuvo en aquel periodo cuando anduvimos de convocatoria electoral en convocatoria electoral, ni cuando en la Sesión de Censura un bolso ocupó el escaño del todavía presidente del Gobierno, que se encontraba plimplando con sus colegas en un restaurante próximo al Congreso de los Diputados.
Yo no tengo un detector de mentiras para conocer si el pinchazo emocional de Pedro Sánchez fue o no cierto, pero lo que sí tengo son preguntas y dudas sobre el anunciado Plan de Regeneración Democrática.
Porque en un país tan crispado como el nuestro, cabe preguntarse qué medidas milagrosas son esas que devolverán el sentido común a nuestros actores políticos, con qué oposición vas a negociar con la bandera blanca del entendimiento, y contra quién van esas medidas destinadas a buscar la paz social.
Va la oposición a desarmarse por la aparición de un rayo revelador repentino? Se ajustará el poder judicial a impartir justicia con la venda puesta de verdad en los ojos? Se acabarán las injerencias del poder ejecutivo en el ámbito del poder judicial? Cómo se evitará que medios y periodistas depravados mientan como bellacos al dictado de sus billeteras infladas por las manos que lo mueven todo?
Yo me reconozco como un hombre profundamente enamorado de la Democracia, pero no se me pasa por alto, que en las medallas del amor político de este país se lee: “Hoy te odio más que ayer, pero menos que mañana”.
Ni con Tezanos metido a Cupido se arregla esto.




