El repetido invento de la pólvora
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Canarias es territorio cansino por repetitivo. Cada dos por tres, podríamos decir que en esta tierra se produce el invento de la pólvora.
En otras palabras, cada vez que surge un problema de dimensiones destacadas o destacables, se crea una comisión, se presenta una inútil Proposición No de Ley, o se produce una reunión de pastores o pastoras mientras las ovejas se aburren, en la que los representantes o titulares del ganado se citan para apuntar estrategias de calado futuro con la condición de pócimas milagrosas que pondrán la proa a un puerto idílico en el que los problemas estructurales e irresolubles hasta entonces serán allí desembarcados.
Me ha gustado la idea de esa Conferencia de Presidentes celebrada entre el Gobierno de Canarias y los máximos representantes de los Cabildos Insulares. Ahora bien, tengo mis serías dudas de que esos tres ejes fundamentales a desarrollar para hacer frente a los grandes retos que nos medimos, se conviertan en algo real.
Este particular escepticismo no recae estrictamente sobre los integrantes de la foto del encuentro de hace dos días en representación del Gobierno autónomo y los Cabildos, sino que es una desconfianza asentada en la improductividad institucional, con perdón, que son el legado mayoritario de cuantos Gobiernos Autonómicos han prometido construir los cimientos de una Canarias mejor diseñada y más justa.
Es más, mucho tendrá que cambiar la historia para alcanzar los tres objetivos que se han marcado como tarea a desarrollar los protagonistas de la denominada Conferencia de Presidentes, porque no es soplar y hacer botellas eso del “Crecimiento Sostenible, Democratización de la riqueza que genera el Sector Turístico, y Transparencia en la Ordenación del Territorio”.
El reto planteado, más que un órdago es un “chico, fuera” para los comprometidos en alcanzar tales objetivos.
Vamos a ver qué pasa con el contenido de esos tres grandes titulares. Una promesa o compromiso de un cambio de rumbo más que necesario para estas Islas.
Estamos ante una especie de compra de Canarias sobre planos, y ya saben ustedes lo que pasa con este tipo de operaciones: fructifican, o la promotora cae en picado. Ojalá resulte lo primero.
