Tartaruga: una nueva referencia en La Garita de sabor y elegancia

Telde

Aproximarse al fin de semana es sinónimo de olores y sabores, de compartirlos con familias, amigos o compañeros de trabajo con el objetivo de relajarse y disfrutar de una explosión de sabores que embriaguen el gusto y el olfato. Pero en Tartaruga, un nuevo restaurante en La Garita (Telde), además de concentrar los requisitos más que suficientes para convertirse en un nuevo restaurante de referencia en la isla de Gran Canaria, también permite a los comensales sentarse en un ambiente embriagador, que envuelve y abraza a quienes lo visitan desde el primer momento con la elegancia propia de los distinguidos lugares.

Tartaruga, que nació como una idea original de su joven, pero experimentada propietaria Maydel, abrió en el mes de enero después de lanzarse hacia un nuevo proyecto. "El que no arriesga no gana", dice su entusiasta propietaria que no se desprende de la sonrisa en la conversación con La SER en medio del ajetreo habitual de los momentos previos del servicio de comidas. "Me costó tomar la decisión porque llevábamos tiempo buscando el sitio; apostamos por este lugar y aquí estamos", dice Maydel mientras sigue pendiente de todo lo que va ocurriendo a su alrededor.

Maydel confiesa que el nombre del restaurante sabe a mar y huele a costa, un espíritu que se traduce hacia una propuesta de menú que deleita los paladares de los más madrugadores en el desayuno que se sirve desde las diez de la mañana y del que presume su jefe de cocina. "La calidad es lo que destaca; que te puedas comer unas tostas con un jamón de bellota ibérico que se corta al momento es lo que marca la diferencia"; dice orgulloso Ángel.

Ampliar

La conversación se produce en el amplio salón diseñado con mimo y esmero para más de cincuenta comensales. Todas las mesas están bañadas por la luz de las amplias cristaleras que hace que luzca aún más la vajilla de color dorado, las sillas de un verde intenso de terciopelo para disfrutar cómodo de unos platos especialmente cuidados por su presentación y del sabor que permite disfrutar de una tosta por la mañana o de una carne de wagyu para las comidas o las cenas. "Tenemos muchos clientes que por la noche vienen y en lugar de un kilo, piden un kilo y medio", confiesa Ángel. Y no es para menos porque el manjar asiático se pone en las manos de un equipo que cuida especialmente la presentación de unos platos que sorprenden al paladar por su equilibrio de sabores y a la vista por sus colores que prometen la alegría característica de un equipo comprometido y dispuesto a hacer de Tartaruga la mejor referencia culinaria de Gran Canaria.