Turismo a la sombra de una cementera

Entre los usos dificilmente compatibles ocupan un primer lugar el turístico y el industrial. En pocos espacios se encuentran y se concilian ambos intereses. Uno de ellos se localiza en el sur de Gran Canaria, donde la estampa de bañistas al sol bajo, la gran sombra de la cementera de El Pajar, chirría de forma significativa.

El pulso entre los propietarios de esta actividad industrial y los de infraestructuras turísticas acaba de cambiar a favor de los segundos. La batalla, centrada en prolongar la concesión a la cementera, viene de atrás. Y según el color político del Gobierno ha favorecido unos intereses frente a otros, todos legítimos.

CEISA ha sabido ganarse a la gente del pueblo, dándoles empleo y contribuyendo a mejorar su calidad de vida. Pero su resistencia a cambiar de ubicación, por la cercanía del puerto a la cantera que la nutre de una piedra especialmente dura y valiosa --la puzolana--, no ayuda a encontrar una solución consensuada por todas las partes afectadas.

Todo apunta que serán los tribunales quienes, finalmente, ponga fin a años de disputa. Lo que no sabemos es a quien de ellos darán finalmente la razón.