Garrachica, Oratava y La Coronte: así es como los antiguos cartógrafos representaban Tenerife

Santa Cruz de Tenerife

El apasionante mundo de la cartografía y los mapas también tiene un gran valor en Canarias. Las formas rudimentarias en las que se hacían los mapas hace siglos, a través de navegantes que recorrían las costas con sus barcos, ha dejado un legado de casi obras de arte cartográficas que, en ocasiones, muy poco tienen que ver con la realidad geográfica que conocemos hoy. Los primeros mapas reconocibles de las islas datan de la primera mitad del siglo XV, concretamente del año 1339. Kevin Rodríguez, investigador postdoctoral del departamento de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna, explica que "el que está considerado el primer mapa moderno de Canarias está fechado en 1339." Se trata de una carta náutica de Angelino Dulcert, y representa las islas de Lanzarote y Fuerteventura.

El historiador apunta que "aunque hay teorías de que existen mapas anteriores a 1330, que también representan estas islas, pero en cualquier caso se habla de que los primero mapas de Canarias son de los años 30 del s. XIV, esto no quiere decir que antes no hubiera mapas de las Islas Afortunadas, pero la representación de lo que conocemos como Canarias surge en el s. XIV, que coincide con las primeras navegaciones por las aguas de las islas."

Esta primera carta náutica de Lanzarote y Fuerteventura es un reflejo de la llegada, en 1336, del navegante Lanceloto Malocello a la isla de Lanzarote: "Luego hay un desarrollo, cada vez mayor, de la mano del conocimiento empírico de la costa atlántica y cada vez más del interior del océano, y hay cada vez más mapas de las islas, incluso ya en mapas mundi, incluyendo cada vez un mayor número de información", puntualiza Rodríguez.

El hecho de que Lanzarote y Fuerteventura fueran las primeras islas en mostrarse en un mapa fue porque fueron las primeras que se encontraron los navegantes cuando venían desde la costa norte de África. Estábamos en la primera etapa del conocimiento europeo de Canarias, cuya conquista no se ve completada hasta finales del s. XV, hasta el año 1496. Por ello, "esa información es bastante ambigua, en esas primeras representaciones, pero son fundamentales, porque son las primeras verdaderamente reconocibles."

Tradición y trasmisión de conocimiento

Existe debate en el mundo académico sobre la manera de realizar los mapas, cómo se cartografiaban y delineaban las costas a finales de la Edad Media. Lo cierto es que convive el conocimiento directo con fuentes textuales anteriores, geográficas, literarias, con relatos de viajeros y con las tradiciones. Es una unión de muchas fuentes que hacían estos mapas, concluye Kevin Rodríguez.

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En el siglo XVIII, la revolución científica también llega a la cartografía de Canarias, es el caso Español Tomás López, un gran cartógrafo de la época. "En esos años se pueden ver representaciones más reconocible para nosotros, más cercana a nuestra realidad." Los mapas siguen cambiando a día de hoy. La cartografía es una ciencia y lenguaje en constante cambio, "partiendo del hecho de que no se puede representar físicamente una esfera como es la Tierra en una superficie plana, por eso siempre va a haber alguna distorsión."

Nombres diferentes

Dependiendo del mapa que se observe, la época y el idioma del cartógrafo, los nombres de los lugares son cambiantes: "La toponimia partía de la tradición y trasmisión de los conocimientos de los navegantes y las gentes de lugar", explica Rodríguez. Muchas de las islas no están nombradas como se les nombra hoy, por ejemplo Gran Canaria se llamaba Canaria. Con el desarrollo de la navegación y los instrumentos y técnicas náuticas fueron cambiando los mapas hasta el día de hoy.

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