La mitad del bocadillo
Decía Luz Sánchez Mellado estar cansada de estar cansada. Servidor, que obviamente no llega a su altura intelectual, se confiesa cansado de estar en mitad de las tapas del bocadillo cotidiano. En otras palabras, no sé si a ustedes, al margen de la cansina bronca política, también les pasa estar hartos de que unos y otros tiren de nosotros diariamente para llevarnos al huerto de la razón que abanderan.
A mi por lo menos me pasa, que estoy hasta más arriba de las fosas nasales de escuchar criterios a favor o en contra en muchos asuntos y padecer la incapacidad de tener claro a quien le acompaña la razón.
Me sucede, por ejemplo, con el ariete del absentismo laboral que golpea la puerta de sindicatos y patronales. Unos afirman que los trabajadores están reventados por los abusos laborales y de ahí las bajas de los caídos en el mercado laboral. Mientras otros sostienen que nuestros facultativos reparten bajas con la misma facilidad que los curas despachan el cuerpo de Cristo en las multitudinarias misas de campaña.
Entre los informes que señalan que la gente ha descubierto en los últimos tiempos que hay cosas mucho más importante que el curro, y los que apuntan que el mundo se ha llenado repentinamente de vagos y amantes del escaqueo a las primeras de cambio, termina uno más sonado que las maracas de una comparsa al final del Carnaval. Y venga, otra vez a la mitad del bocadillo entre la tapa de arriba y la tapa de abajo.
Alguno se preguntará por qué un declarado progresista puede tener duda alguna en este asunto en el que los trabajadores son carne de cañón de la precariedad laboral y de unos salarios irrisorios.
Pues miren, el coco se me ha empantanado porque una encuesta de las que llevan las etiquetas de científicas concluye, que la sociedad actual le da importancia en primer lugar a la salud mental, en segundo lugar a la familia y en tercer lugar al tiempo libre.
Contar con un buen trabajo, cuestión antaño prioritaria, queda en cuarto lugar, y agarrarse los machos, la aspiración de ser rico ocupa la séptima posición entre las preferencias de la sociedad actual.
Así las cosas y esta clasificación, ya me dirán ustedes a quién acompaña la razón en el asunto de las 70.000 ausencias laborales que se producen a diario en nuestra comunidad.
Tal vez suceda, que el picoteo y unas cañas con familiares y amigos sea un lujo más grande que tener la cuenta corriente a reventar como la tienen los altos directivos de la banca española.
Yo me pierdo un tanto en este asunto y al tiempo me acuerdo de aquella frase que decía: "No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita"...mientras de fondo se escucha una voz que me dice:" Aprende de una vez, zoquete"
Esto de vivir en mitad del bocadillo es mal asunto.
