Normalidad democrática tras la amnistía
El ruido excesivo no ha impedido aprobar una amnistía para los indepentistas catalanes. Es una medida cuestionada y cuestionable, pero ya ley y por tanto de obligado cumplimiento para todos: quienes la han defendido y quienes la han atacado.
El tiempo dirá si fue un acierto y contribuyó a pacificar Cataluña. O no. Pedro Sánchez se ha jugado mucho con ella, sobre todo desdiciéndose después de sostener en campaña que no la aprobaría.
El tiempo y el Tribunal Constitucional serán, pues, los encargados de poner a cada uno en su sitio. Aunque hay una realidad innegable: el independentismo ha perdido la mayoría en el Parlament, y por tanto legitimidad para llegar a la anunciada siguiente parada: un referéndum.
La realidad es que ha pasado el bronco debate para su aprobación, sin que se rompa España ni haya saltado por los aires la legislatura. Tampoco el PSOE pasará a mejor vida por ello, como ha augurado Feijóo.
Al final, la normalidad democrática se ha impuesto a los aspavientos de sus señorías y a los agoreros anticatalanistas.

Marta Cantero
He trabajado en diversos medios de comunicación de las Islas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife,...




