Contra el bodrio alojativo

El acoso y derribo contra las Viviendas Vacacionales se produjo desde el minuto uno, cuya irrupción se produjo gracias a la posibilidad de anunciarse en plataformas digitales. Desde entonces hasta ahora, han proliferado como setas en el campo. No se ha demostrado que la emergencia vacacional sea culpa de ellas, sino de la ausencia de política de viviendas públicas durante las dos últimas décadas, pero han sido señaladas como las grandes responsables. Sí han contribuído a tensionar aún más determinados núcleos, especialmente en las grandes urbes. Pero en el esfuerzo por controlar su crecimiento desproporcionado, han pagado por igual las legales que las ilegales. Han pagado, en definitiva, justos por pecadores, mientras las plataformas que las comercializaban aun cuando no tenían licencias salían igualmente de rositas. Nada más fácil, sin embargo, que exigirles a las grandes empresas digitales que hagan ellas la gran criba, ofertando solo aquellas que cumplen con la ley. Bienvenida, por tanto, la tardía, pero acertada, decisión del Ministerio de Consumo de penalizarlas si publicitan bodrios alojativos

Marta Cantero
He trabajado en diversos medios de comunicación de las Islas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife,...




